Si quieres exprimir tu vida para sacarle el mayor partido posible, ¡protege tus recursos! Todos tus recursos. No hablo sólo de dinero, que también, hay otros aspectos que tanto tú como yo tenemos que cuidar. No es que tengas que hacerlo, elige hacerlo. Sólo así podrás tener éxito integral. ¡Vamos allá!
¿A qué me refiero con eso del éxito integral? Pues a ser exitoso en todas las áreas importantes de tu vida. ¿De qué te vale tener una salud de hierro si no tienes personas con las que compartir tu vida? ¿Y el dinero sin salud o sin tiempo para ver a tus seres queridos? Ya ves por dónde voy.
No es fácil alcanzar el equilibrio en la vida. Por eso, es crucial proteger tus recursos. Aunque podría haber otras clasificaciones, te voy a contar la mía, que consta de cinco tipos.
1. Protege tus recursos: tu tiempo
El primer recurso que te recomiendo proteger es tu tiempo: las preciosas y limitadas horas de tu vida. El tiempo, al contrario que el dinero, es algo que si pierdes no vas a poder recuperar. Mucha gente actúa como si fuese un recurso abundante, cuando resulta todo lo contrario. Hay dos cosas indiscutibles acerca del tiempo:
- Nuestro paso por este mundo es fugaz y no sabemos hasta cuándo estaremos.
- Todos y cada uno de nosotros cuenta con 24 horas al día. Lo que hagas con ellas, es lo que diferencia entre la vida de unos y de otros.
¿Cómo valora su tiempo la gente rica y exitosa? ¿Crees que lo usan indiscriminadamente? No. Lo valoran como su bien más preciado. El recurso más importante a proteger. Porque, si no decides qué hacer con tu tiempo, otros lo harán por ti.
Tu tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otro… Vive tu propia vida. Todo lo demás es secundario.
Steve Jobs
Recuérdalo, inspírate y protege tu tiempo como si de él dependiera tu vida. De hecho, lo hace. Haz todo lo que siempre quisiste hacer, no lo postergues, toma riesgos (calculados, eso sí) y ¡a por ello!
Cada cierto tiempo, me gusta ver el famoso discurso de Starford de Steve Jobs. Me ayuda a tomar perspectiva y a pensar qué estoy haciendo con mi vida, con mi tiempo. Te invito a que lo veas ahora…
¿Te ha inspirado ya? Genial. Una vida plena es una vida con propósito, centrada en las cosas que realmente importan. Las que te importan a ti.
¿Cómo puedes proteger tu tiempo?
Podríamos hablar largo y tendido sobre esto, pero hoy voy a ir al grano. Al fin y al cabo, tu tiempo y el mío son nuestro recurso más valioso. Ahí van mis recomendaciones para proteger tu tiempo:
- Actúa con intención. Con premeditación y alevosía. Es tu vida, dirígela y usa tu preciado tiempo para hacer las cosas verdaderamente importantes. Todo lo que hagas, que sea con un fin en mente.
- Aprende a decir NO. Tu tiempo es limitado, así que si quieres tener tiempo para unas cosas, tendrás que decir que no a otras. Todo es cuestión de prioridades. ¿Qué es lo más importante para ti?
- Delega todo lo que puedas. No tienes que hacer todo tú, muchas cosas se pueden delegar. Deberías delegar por defecto, como te expliqué en mi artículo sobre GTD.
- Revisa y detecta fugas. Mirar atrás y ver qué ha pasado con tu tiempo te permitirá detectar fugas. Pon especial atención en las distracciones e interrupciones, que son verdaderos agujeros negros de tu tiempo.
- Optimiza tu día. Si quieres aprovechar tu tiempo, te recomiendo optimizar tu día laboral. Crea tus rutinas de inicio y fin de día, márcate objetivos y agrupa bloques de tareas por contextos (hacer llamadas, ir de compras, etc.). En el fin de semana, deja un poco más de espacio para fluir e improvisar.
- Enfócate en lo que estés haciendo. Olvídate de la multitarea, es una trampa. Prepara el entorno adecuado, céntrate en lo que estás haciendo, y enfócate en terminarlo.
- Apaláncate en tus otros recursos. Tener tu energía y tu atención a tope te permitirán hacer más en menos tiempo. Tus relaciones, las que de verdad te nutren, te ayudarán a vivir con intención, a priorizar y a decir no a todo lo superfluo, porque les dices sí a ellas. Tu dinero te permitirá delegar muchas tareas para centrarte en lo más importante.
2. Protege tus recursos: tu energía
Tu segundo recurso a proteger es tu energía, tu batería física y mental, que alimenta tu cuerpo y tu mente. Estar con unos niveles altos de energía te permitirá rendir mucho más y afrontar el día con mucho mejor humor.
Hay cuatro aspectos fundamentales para proteger tu energía:
- Buena alimentación. Eres lo que comes. La calidad de los alimentos y una dieta equilibrada disparará tus niveles energéticos, siempre y cuando lo complementes con los dos puntos siguientes.
- Descanso de calidad (completar los ciclos de sueño) y en la cantidad adecuada (unas 7 horas al día). Experimenta y descubre qué es lo que mejor funciona para ti (quizás te recargue una mini siesta o quizás no).
- Ejercicio regular. Te activará físicamente y además generarás endorfinas que elevarán tu estado de ánimo. Reserva tiempo tiempo para ello, ¡es una buena inversión! Si vas justito de tiempo, te recomiendo que implementes el hábito de subir por las escaleras y de desplazarte siempre que puedas sin ir motorizado.
- Evitar los vampiros psíquicos. Saca de tu vida todos los elementos que drenan tu energía, especialmente las personas tóxicas. No siempre podrás hacerlo, así que también ten preparado un buen escudo para que «te resbale» todo aquello que te digan. Además, no te expongas gratuitamente a quien ya sabes de antemano que lo único que va a hacer es criticarte.
No solo debes proteger tu energía, tendrás que administrarla adecuadamente. A lo largo del día va a menos; tenlo en cuenta para decidir qué tareas afrontar en cada momento (¡que no te exijan más energía de la que tienes!).
3. Protege tus recursos: tu atención
La atención es uno de los recursos que más obstáculos tienen hoy por hoy. Nos están bombardeando constantemente con estímulos que tratan de desviarnos de aquello que estamos haciendo. WhatsApp, eMails entrantes, llamadas, interrupciones de compañeros de trabajo, ¡incluso tu propio cerebro con sus ideas y divagaciones!
Tu atención está tan interrelacionada con tu fuerza de voluntad que las voy a meter en el mismo saco. Entre ambas determinan tu capacidad de enfoque; tu enfoque, es crucial para tu productividad. ¡Y ser productivo es una forma de proteger tu tiempo! Bonita cadena de causas y efectos.
Al igual que tu energía, tu atención es un recurso que va disminuyendo a lo largo del día. Por eso, los expertos en productividad recomiendan afrontar las tareas más exigentes lo antes posible (¡siempre que sean importantes!).
Algunos consejos para proteger tu atención y fuerza de voluntad:
- Descansa regularmente entre bloque y bloque de trabajo. Puedes aplicar la técnica Pomodoro. En general, se recomiendan bloques de trabajo intensivo de 25-30 minutos (un pomodoro) y descansos breves de 5. Cada 4 pomodoros, toca un pausa más larga (20 minutos). ¡Pruébalo!
- Evita las distracciones. Como dice Mario Luna en su librazo (¡1300 páginas!) «Psicología del éxito», crea un entorno ganador en el que se minimicen las distracciones. Prueba a ponerte en modo avión, evitar las RRSS (o limitar su uso a un determinado horario) y desactiva las notificaciones instantáneas. Cuando vayas a realizar una tarea, ten preparado todo lo necesario para llevarla a cabo.
- Gestiona las interrupciones:
- Las internas (tu propio cerebro), para lo cual te recomiendo desarrollar el hábito de la captura.
- Las externas (de otros)…
- sabiendo decir no (no gracias, ahora no puedo tomar un café),
- delegando (fulanito te puede ayudar con eso),
- difiriendo (sí, pero ahora no), o
- guardando «la partida» (si no queda más remedio, interrumpe lo que estás haciendo pero apunta bien en qué punto estabas).
- Usa tu fuerza de voluntad para crear hábitos y rutinas. Otra forma de proteger tu atención es creando hábitos que, una vez consolidados, te permitirán realizar ciertas cosas sin recurrir a la fuerza de voluntad. A tu cerebro ya no le costará, lo hará con gusto porque es lo que toca.
4. Protege tus recursos: tus relaciones
Somos animales sociales. Las relaciones son un componente esencial para la felicidad. Son tu conexión con el mundo, con las demás personas y también contigo mismo. Si quieres que se desarrollen, hay que nutrirlas y protegerlas.
Algunas ideas para hacerlo:
- Reserva tiempo para ti. Es con quien deberías tener la mejor relación de todas, porque te vas a tener que «aguantar» toda tu vida. Dedica tiempo para nutrirte: tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. Atento también a tu manera de comunicarte contigo mismo, ¿te hablas como a la persona que más quieres del mundo? ¡Deberías!
- Reserva tiempo para las personas que te importan. Tanto a nivel personal y como profesional. Si es necesario, agenda tiempo para hacer determinadas cosas con tu pareja, tus hijos o tus amigos. No basta con decir que son importantes para ti, debes actuar en consecuencia.
- Cuando estés con alguien, hazlo con presencia plena y muestra un interés genuino. No se trata de dedicar tiempo, sino tiempo de calidad. No caigas en lo de estar hablando con alguien mientras revisas el WhatsApp en móvil y tienes tu cabeza en otros asuntos. Si estás, que sea al 100%; en otro caso, mejor no estar.
- Di no a las relaciones que no te aportan nada. Huye de las conversaciones banales, discusiones sin sentido y entornos llenos de críticas, envidias y chismorreos. Rodéate de gente a la que admiras, con valores afines a los tuyos y que te empuje a ser mejor cada día. Dicen que somos la mezcla de las cinco personas con las que más tiempo pasamos; ¿con quién lo pasas tú? Recuerda que tu tiempo es limitado, ¡úsalo bien y no lo malgastes con quien no debas!
No puedes volar con las águilas si sigues codeándote con los pavos.
Zig Ziglar
5. Protege tus recursos: tu dinero
No, no me olvidaba. También debes proteger tu dinero. Es tu recurso comodín, con el que puedes cuidar tus otros recursos:
- Con dinero puedes delegar o subcontratar tareas, liberándote tiempo para que lo utilices en aquello que consideres.
- Con dinero puedes cuidar tu energía, comiendo mejor, mimando tu cuerpo y dándole lo necesario para su descanso y su ejercitación.
- Con dinero puedes cuidar tu atención, teniendo acceso a productos y servicios que te ayudarán a mantenerte enfocado en lo importante (un terapeuta, un coach, un mentor…).
- Con dinero podrás cuidar tus relaciones mejor, ¡y no es que tus relaciones se basen en dinero! Simplemente, el dinero determinará en muchas ocasiones lo que puedes o no puedes hacer. Por ejemplo:
- Ir de viaje a visitar a unos familiares o amigos.
- Ir a comer con unos amigos a un restaurante.
- Invitar a cenar a gente a tu casa.
Ya te he hablado en otras ocasiones sobre las claves para la protección de tu dinero. ¿Las recuerdas? Tienes dos frentes:
- De ti mismo. Porque puedes caer en el consumo impulsivo, la autoindulgencia, y muchos otros malos hábitos financieros. Saber detalladamente en qué gastas tu dinero y por qué lo haces es fundamental para cambiar tu comportamiento. Ten un sistema con el que revises periódicamente cómo estás gastando tu dinero y evalúa si está alineado con tus metas, valores y propósito.
- De las circunstancias externas. Imprevistos, contingencias, siniestros, la inflación, una futura pensión de risa, etc. Como dicen los anglosajones, «shit happens«. Protege tus recursos financieros con un buen colchón de tranquilidad, los seguros adecuados, múltiples fuentes de ingresos y una diversificando tus inversiones.
Conclusión
En el artículo de hoy te he explicado por qué proteger tus recursos. Éstos no sólo incluyen el dinero; te he hablado de cinco:
- Tu tiempo. El recurso más escaso.
- Tu energía. El recurso que te permitirá brillar y dar el 100% en todo lo que hagas.
- Tu atención y fuerza de voluntad. El recurso que intentarán robarte por todas partes.
- Tus relaciones. El recurso que te guiará hacia una vida plena.
- Tu dinero. El recurso comodín, con el que podrás apalancarte para maximizar los anteriores.
Protege tus recursos, son fundamentales para que puedas vivir la vida que deseas. Una vida bajo tus términos, tus decisiones, tus reglas. ¿Vas a por ella? ¡Claro que sí! Aquí tienes un compañero de viaje.
Ahora una pregunta… ¿cuál de tus recursos es el que tienes más descuidado? ¡Deja tus comentarios!
Y una petición, ¡comparte en redes sociales! Haz que Finanzas Kaizen llegue a más gente, porque creo sinceramente que puede ayudarles. Esa es mi intención.
Gracias por leerme y hasta la semana que viene.
¡Saludos, kaizener!