GTD (Getting Things Done), creado por David Allen, es considerado por muchos el sistema de productividad personal más efectivo ideado hasta la fecha. Se basa en el uso de una serie de hábitos y nos ayuda de forma objetiva a tomar mejores decisiones a la hora de gestionar nuestro tiempo, nuestra energía y nuestra atención. Para ello, su metodología emplea cinco pasos: capturar, procesar, organizar, revisar y hacer; estos pasos se pueden aplicar en el ámbito de las finanzas personales, así que ¡vamos a analizarlos!
Llevo años utilizando GTD y, personalmente, es el sistema de productividad personal que mejores resultados me ha dado. Conceptualmente no es difícil de entender, pero puede costarte ponerlo en práctica de manera consistente.
Esto se debe a que, para que funcione a la perfección, debes consolidar una serie de hábitos productivos (unos 17) y eso lleva tiempo (entre 21 y 30 días por hábito). Lo bueno es que los hábitos que esconde GTD los puedes ir desarrollando de uno en uno, al estilo kaizen, y te vendrán estupendamente acabes usando GTD o no.
En este artículo te daré una visión general de GTD y cómo aplicarla a la mejora de tus finanzas; además, te puede servir de base para aprender el método de David Allen. Verás que este sistema se trata de una orquestación en torno a la productividad personal.
Si te interesa que profundice más en el tema házmelo saber a través de los comentarios para escribir futuros artículos.
Efectividad, eficacia y eficiencia
La productividad personal tiene por objeto el uso óptimo de nuestros recursos personales (tiempo, energía y atención) para avanzar de la mejor manera posible en el logro de nuestros objetivos.
Hay tres conceptos clave relacionados con la productividad personal de los que quiero darte mi definición. Los llamo las tres E’s de la productividad:
- Efectividad. Se trata hacer lo que tienes que hacer. Si quieres ser efectivo esto también implica saber qué NO hacer.
- Eficacia. Es lograr el resultado correcto, el esperado. Si estamos hablando de un problema, una solución eficaz es algo que lo resuelve.
- Eficiencia. Es lograr el resultado de la manera más óptima, es decir, consumiendo la menor cantidad de recursos necesarios.
Tu dinero, en realidad se trata de otro recurso que tienes, y te interesará saber utilizarlo con efectividad, eficacia y eficiencia.
Los cinco pasos de GTD en las finanzas personales
Usando adecuadamente GTD, tendrás un sistema que mejorará sustancialmente tu productividad personal, alcanzando cotas más altas de efectividad, eficacia y eficiencia.
Como te mencioné al comienzo del artículo, consta de cinco pasos:
- Capturar (o recopilar).
- Procesar (o aclarar).
- Organizar.
- Revisar (o evaluar o reflexionar).
- Hacer.
A la hora de hacer cosas, consciente o inconscientemente, la mayoría de las personas ya aplica estos pasos, pero no sistemáticamente como propone GTD. El método de David Allen busca que no mezclemos actividades de distinta naturaleza, es decir, nuestra atención debe estar focalizada para ser más productivos.
Veamos sus cinco pasos y cómo se pueden aplicar también a las finanzas personales.
Paso 1: Capturar
Se trata de agrupar temporalmente todas las «cosas» que pasan por nuestro radar en contenedores específicos que llamaremos «bandejas de entrada». Con esto vaciaremos nuestra mente y podremos tenerla ocupada en cosas más productivas que andar recordando todo.
La captura puede ser tanto automática (por ejemplo, lo que pasa con tu bandeja de entrada de tu email) como manual (por ejemplo, cuando apuntas en la lista de la compra azúcar porque se te ha acabado).
De cara al desarrollo del nuevo hábito, el mayor desafío es quedarnos ahí tras la captura, es decir, no realizar ningún tipo de análisis o toma de decisiones con esa «cosa».
¿Qué puedes capturar en el contexto de las finanzas personales?
Todos tus ingresos y gastos. ¿Pero todos, todos? Sí, todos. Además, no tiene que ser tan difícil. Probablemente muchos de tus ingresos y gastos los tengas domiciliados, y muchos otros quedarán capturados al usar tarjetas de crédito o débito; se trata de una captura automática.
Para los que no puedas capturar automáticamente, entra el juego el hábito de la captura manual. ¿Cómo lo haces ahora?, ¿guardas tickets/recibos y facturas?, ¿lo apuntas en una libretita?, ¿en Evernote?.
Revisa los tipos de ingresos y gastos que tienes habitualmente y cómo los capturas o registras. Si hay «cosas» que se pierden, piensa cómo podrías mejorar tu sistema de captura.
A mí me gusta mantener mi sistema lo más simple posible, con el menor número de bandejas de entrada y utilizando preferentemente la captura automática:
- Por defecto trato de que todo tenga reflejo en mi banca electrónica, para lo cual hago uso de las domiciliaciones y pago todo lo que puedo con tarjeta de débito.
- Si tengo que pagar en efectivo:
- Pido ticket o factura y a la cartera (una de mis bandejas de entrada).
- Si no me pueden dar ticket o factura, me envío un email con un asunto en el que especifico concepto e importe (otra de mis bandejas de entrada).
De cara a la gestión de las finanzas personales, este hábito es oro puro. Te proporciona datos «en bruto» que posteriormente podrás transformar en información objetiva acerca de tu relación con el dinero. Es algo básico, de sentido común, pero que no hace todo el mundo.
Paso 2: Procesar
Consiste en coger las «cosas» de las «bandejas de entrada» y transformarlas, aclarando qué son para ti y decidiendo qué hacer con ellas. Al transformarlas pasarán a ser:
- Basura.
- Información útil.
- Un proyecto o resultado.
- Una acción.
- Una tarea delegada.
- Una posibilidad.
Procesar/aclarar significa vaciar las bandejas de entrada, de forma independiente para cada una de ellas. Es una actividad que es necesario realizar regularmente, en la cual lo que haremos es pensar y decidir de manera estructurada y con criterios objetivos que facilitan la toma de decisiones.
Cuando se procesa o aclara una «cosa» de una bandeja de entrada, hay seis posibles opciones:
- Eliminar. No hay nada que hacer; a la papelera.
- Archivar. Guardar cosas que en algún momento posterior podrían ser útiles o necesarias si pasa algo. Lo que se archiva no es necesario revisarlo a no ser que pase «algo».
- Incubar. Guardar cosas que en algún momento posterior podrían ser útiles, si tú lo decides. Lo que se incuba se debe revisar periódicamente. Significa posponer la decisión de hacer o no hacer algo con las cosas que incubes.
- Delegar. La próxima acción tiene que realizarla una persona que no eres tú.
- Hacer. Porque vas a tardar más en organizarlo que en hacerlo (regla de los 2 minutos).
- Aplazar. Esperar a terminar de vaciar la bandeja de entrada.
¿Cómo se procesa una bandeja de entrada?
Hay que ir tomando los elementos de la bandeja, de uno en uno y en el orden que tienen, y seguir el diagrama de flujo de GTD, respondiendo sus preguntas hasta que te indique qué hacer. Y una regla muy importante: lo que sale de la bandeja de entrada, no vuelve a la bandeja.
Flujo de procesado GTD
Para cada elemento de la bandeja de entrada:
- ¿Qué es esto para mí? Da una respuesta clara y concreta sobre el significado de la «cosa».
- ¿Requiere acción?
- Sí (tiene relación directa con una fecha límite objetiva | no hacer nada al respecto en los próximos días tendrá consecuencias indeseables | tienes un compromiso personal, firme e irrevocable de hacer algo al respecto en los próximos días)
¿Una acción o más de una?- Más de una: Lista de proyectos
- ¿Cuál es la próxima acción del proyecto? Continuar flujo en siguiente pregunta.
- ¿Cómo sé que el proyecto (o resultado) estará finalizado?
- Una: ¿Lo puede hacer otra persona?
- Sí: Delegar.
- No: ¿Tardo más en organizarlo que en hacerlo?
- Sí: Hacer.
- No: Aplazar.
- Más de una: Lista de proyectos
- No (cualquier otro caso): ¿Me puede servir?
- No: Eliminar.
- Sí: ¿Hay que revisarla?
- No: Archivar.
- Sí: Incubar.
- Sí (tiene relación directa con una fecha límite objetiva | no hacer nada al respecto en los próximos días tendrá consecuencias indeseables | tienes un compromiso personal, firme e irrevocable de hacer algo al respecto en los próximos días)
Si quieres profundizar en este flujo de trabajo de GTD, echa un vistazo a los recursos recomendados.
Ahora… revisando el mundo de las finanzas personales, verás que tienes varias bandejas de entrada para la gestión de tu dinero y procesarlas periódicamente es otro hábito de oro para no llevarte sustos, hacer las cosas a tiempo o no verte desmotivado por una pila enorme de papeles que no sabes por dónde coger.
Algunas bandejas de entrada financieras a procesar:
- Bandejas de entrada de ingresos y gastos.
- Movimientos de cada cuenta bancaria. Yo hago un volcado mensual desde la banca electrónica exportando los movimientos a una hoja de cálculo que después copio en el registro de ingresos y gastos de mi sistema de gestión de finanzas personales. Así, tengo toda la información centralizada y consolidada.
- Recibos de suministros. Las facturas de la luz, gas, agua, móviles e internet. Viene bien tener la información desglosada para poder ser consciente del porqué consumes más o menos, las tendencias, etc.
- Mi cartera. En ella voy acumulando (capturando) gastos en forma de tickets o recibos. Cuando los proceso, transformo cada uno en una o más entradas de mi registro central de ingresos y gastos, y destruyo o archivo el ticket, según corresponda. Te recomiendo que proceses tu cartera semanalmente o a lo sumo mensualmente; más que nada porque sino te encontrarás pensando ¿en qué me gasté estos 25€ el día 13/7?
- Mis emails de ingresos y gastos. Mensualmente también proceso mis emails de ingresos y gastos, volcando dicha información a mi registro central.
- Bandejas de entrada de correspondencia bancaria. Ya sea virtual o físicamente, te llegarán comunicaciones de tu/s banco/s en diferentes bandejas de entrada. En mi caso tengo la mayoría de comunicaciones bancarias por correspondencia virtual y unas pocas me llegan por correo ordinario.
- Correspondencia virtual: presto especial atención a todo lo relativo con mis cuentas de valores, porque las compras y ventas, dividendos, ampliaciones de capital, etc. se trata de información que, generalmente, tendré que archivar.
- Correo ordinario: principalmente lo que me llega físicamente son las convocatorias a las juntas generales de accionistas de las empresas que tengo en cartera. No procesar éstas puede suponer no cobrar primas de asistencia o no recibir el típico regalo que hacen muchas empresas cada año a sus accionistas.
Paso 3: Organizar
En la práctica, se realiza conjuntamente con el paso 2 (procesar); es decir, procesamos un elemento y a continuación lo organizamos. Organizar consiste en depositar las cosas ya transformadas en un sistema estructurado de contenedores en función de la decisión tomada (el punto de salida del diagrama de flujo para procesar). Vamos, poner cada cosa en su lugar y tener un lugar para cada cosa.
A continuación te muestro las decisiones posibles junto con la organización de su elemento correspondiente:
- Eliminar. El elemento se va a la papelera.
- Archivar. El elemento se va al archivo. Normalmente tendrás varios: archivos físicos, el disco duro del ordenador, favoritos del navegador, contactos del teléfono, «la nube», …
- Incubar. El elemento se va a la lista «Algún día/Tal vez». En realidad puedes tener varias listas (películas, libros, lugares que me gustaría visitar, artículos para el blog, …) y es recomendable tener una específica para incubar elementos que debamos revisar todas las semanas; la llamaremos «Esta semana no». De esta manera, el resto de listas de «Algún día/Tal vez» las revisaremos sólo cuando tenga sentido (ej: cuando me acabe un libro).
- Cuando un elemento es accionable e incluye más de una acción, se va a la lista de proyectos. Las próximas acciones (las que se podrían hacer ya) se van al contenedor GTD correspondiente y las acciones futuras, información, materiales y demás cosas del proyecto, a una carpeta de material de apoyo del proyecto.
- Delegar. El elemento se va a la lista «A la espera».
- Hacer. Las cosas que vas a tardar más en organizarlas que en hacerlas (regla de los 2 minutos) no se organizan en ningún contenedor; se hacen y listo.
- Aplazar. Los elementos que acabemos aplazando (esperamos a terminar de vaciar la bandeja de entrada) forman las «próximas acciones», y se organizan dependiendo de la respuesta a las siguientes preguntas: ¿Depende de una fecha objetiva (impuesta por otra persona o por las circunstancias)?
- Sí: ¿es algo que hay que hacer en, o antes de, una fecha o momento concreto?
- Sí: el elemento se va a la Agenda. Cualquier próxima acción de la Agenda va antes que cualquier próxima acción que no esté en la Agenda.
- No (es algo que no puede hacerse hasta que llegue una fecha o momento concreto): el elemento se va al «Archivo de seguimiento».
- No: es una próxima acción (la debemos completar nosotros lo antes posible). Se organizan en varias listas de próximas acciones según distintos criterios, llamados contextos en GTD (herramientas, circunstancias o personas que necesito para poder completarlas). Además como criterios auxiliares son muy útiles el tiempo y energía disponibles para una próxima acción.
- Sí: ¿es algo que hay que hacer en, o antes de, una fecha o momento concreto?
Una vez más, en el ámbito financiero es deseable tener un reflejo del paso GTD. Organizar todo lo que proceses de tus bandejas de entrada financieras supondrá, por tanto:
- Mandar cosas a la papelera, como esas cartas de promociones bancarias que sabes que no te interesan.
- Archivar cosas, como las compras y ventas de acciones.
- Incubar cosas, como estudiar un determinado producto que te ofrecen.
- Crear proyectos, por ejemplo tener tu testamento firmado ante notario.
- Delegar, como cuando solicitas a tu agente bancario que te retroceda una comisión que no te corresponde.
- Hacer, como aceptar un cambio en la política de privacidad de la banca electrónica.
- Aplazar, como agenda una reunión con tu agente de seguros o poner en el archivo de seguimiento determinada información fiscal que necesitarás para la próxima declaración de la renta.
Paso 4: Revisar
Es el hábito más importante de GTD según muchos especialistas en productividad personal. Sin revisar, los tres pasos anteriores apenas te servirán de nada. En realidad, hay tres tipos de revisión y, por tanto, tres hábitos distintos a consolidar:
- Revisar para decidir qué hacer. Debes hacerlo varias veces al día, cada vez que te preguntes «¿qué hago ahora?». Los contenedores a revisar son la Agenda y los contextos que tengan sentido en las circunstancias del momento. Son revisiones rápidas y frecuentes, orientadas a la ejecución.
- Revisar para mantener la fiabilidad del sistema. Normalmente se hace en la revisión semanal, que es una revisión más profunda y completa de todo el sistema. Con ella evitamos que éste se deteriore.
- Revisar para ganar perspectiva. También se hace con la revisión semanal. Cuando hablamos de ganar perspectiva me refiero a tener una visión más amplia y profunda, ver el panorama que se nos presenta a corto, medio y largo plazo.
Cómo hacer la revisión semanal
Los pasos a realizar son los siguientes:
- Captura cualquier cosas suelta que te quede por ahí.
- Procesa todas las bandejas de entrada.
- Revisa la Agenda:
- La semana que acaba de terminar.
- Las próximas 3-4 semanas. Así tendrás una idea clara sobre tu futuro próximo respecto a compromisos con fecha.
- Revisa el Archivo de seguimiento. Así sabrás qué cosas se activarán durante los próximos días o semanas.
- Revisa la lista de Proyectos. Asegúrate de que para cada proyecto haya al menos una próxima acción en algún «contenedor de acción» (agenda, archivo de seguimiento, un contexto o la lista «A la espera»).
- Revisa los Contextos. Asegúrate de que estén actualizados y de que tengan un número manejable de elementos.
- Revisa la lista «A la espera». Asegúrate de que esté actualizada y aprovecha para enviar recordatorios a las personas que te deben algo si es necesario.
- Revisa la lista «Esta semana no». Para cada elemento de la lista plantéate la pregunta «¿requiere acción?» y continúa con el diagrama de flujo de GTD que vimos en el paso 2.
La revisión semanal te llevará entre 1 y 2 horas, probablemente las mejor invertidas de toda la semana.
Revisión mensual de tus finanzas personales
Una vez entendido el paso de revisar en GTD, veremos su aplicación en las finanzas personales. Lo que haremos será transformar la revisión semanal en la revisión mensual de tus finanzas personales. Con esta revisión mantendremos la integridad y fiabilidad de nuestro sistema de gestión y ganaremos perspectiva para tomar mejores decisiones financieras.
La revisión mensual de tus finanzas personales debería incorporar al menos los siguientes pasos:
- Actualización de tu balance personal. Es decir, apuntar las posiciones de cada una de tus cuentas y productos financieros a cierre de mes.
- Consolidación de ingresos y gastos en tu sistema de gestión de finanzas personales.
- Creación de tu cuenta de resultados mensual, teniendo en cuenta ingresos y gastos.
- Cuadre de contabilidad y evaluación de la fiabilidad de tu sistema de captura.
- Análisis de tu cuenta de resultados y valoración de la misma, de cara a su mejora.
- Evaluación de tendencias a largo plazo, buscando tener una perspectiva más amplia y profunda de tus finanzas. Para esto tienes que alejar el zoom y ver tu evolución financiera a lo largo de los meses, trimestres o años.
- Revisión y actualización de metas y objetivos. Así verificarás los logros alcanzados, te marcarás nuevas metas y puntos de mejora para el próximo mes.
Sintetizando, en la revisión mensual es cuando te paras y reflexionas sobre cómo has manejado tu dinero en el último mes y hacia donde te está dirigiendo. Siendo consciente de tus patrones de comportamiento financiero, en base a información objetiva, podrás decidir qué ajustes puedes hacer para ir mejorando tu gestión financiera el próximo mes. Esto es, reflexión + acción en pequeños pasos kaizen.
Paso 5: Hacer
El último paso de GTD es hacer. Si no haces, no produces. Las «cosas» que hemos transformado están preparadas para poder llevarse a cabo, hemos definido nuestro trabajo para poder hacerlo de la manera más eficiente posible. La pregunta a tener en mente es «de todas las opciones disponibles, ¿cuál es la que más me aporta personal y profesionalmente?».
Desde el prisma de las finanzas personales, hacer también es clave. A través de los primeros pasos hemos recopilado datos en bruto y los hemos transformado en información útil. Ahora, es el momento de hacer algo con ella: tomar mejores decisiones financieras y llevarlas a cabo.
Haz esa llamada a la compañía de telefonía para reducir tu factura, reclama esa comisión extraña que te ha cargado el banco, concierta una reunión con un especialista para redactar tu testamento, define un plan para cambiar ese mal hábito que tienes por uno productivo, sistematiza tu ahorro con transferencias periódicas, ten una conversación sincera con tu pareja sobre vuestros hábitos de consumo o sobre vuestros objetivos financieros, comienza a registrar todos tus ingresos y gastos, móntate una hoja de cálculo para tus finanzas personales, haz un plan para reducir tus deudas, crea tu colchón de seguridad, fórmate, estudia y define tu estrategia de inversión, …
Que no te abrumen tantas posibilidades. La productividad personal no va de hacer muchas cosas, sino en hacer las cosas que hay que hacer de forma eficaz y eficiente; lo mismo pasa con las finanzas personales.
Sin acción no hay resultados. ¿Qué es lo próximo que vas a hacer?
Los hábitos productivos que esconde GTD
Como te comentaba al principio de artículo, GTD es un sistema que se basa en una serie de hábitos que debes desarrollar para que funcione. Uses o no GTD, estos hábitos productivos te serán muy útiles tanto a nivel profesional como personal. Identifica cuáles de ellos ya los tienes y haz un plan para ir incorporando poco a poco el resto. Te mostraré brevemente los más relevantes :
- Sacar las cosas de tu cabeza cuanto antes y sin pensar primero en ellas.
- Pensar antes de hacer. Eso que te dispones a hacer, ¿es lo mejor que podrías hacer?, ¿tienes que hacerlo ahora?, ¿qué pasaría si no lo haces ahora o a corto plazo? ¿tienes que hacerlo tú?, …
- Utilizar únicamente fechas objetivas (impuestas por otras personas o por las circunstancias).
- Usar listas distintas para cosas distintas. No mezcles cosas de distinta naturaleza en la misma lista.
- Aprovechar el tiempo y energía disponibles. De las cosas que tengas que hacer, haz lo que tenga más sentido hacer según el contexto en el que te encuentres.
- Agrupar cosas por contextos, es decir, en función de lo que necesitas para hacerlas.
- Transformar las cosas. Procesar cosas es aclararlas; la claridad es poder, le encanta a tu cerebro.
- Delegar por defecto. Si puedes delegar algo, delégalo. No es si te apetece, es si puedes. Tu tiempo deberías dedicarlo a aquello que sólo puedes hacer tú y en lo que marcas la diferencia.
- Gestionar el trabajo delegado. Debes saber cuándo y quién le has delegado trabajo, y hacer el seguimiento oportuno.
- Incubar. Saber qué no podrías hacer esta semana mejorará tu eficiencia muchísimo, pero no olvides revisar semanalmente las cosas incubadas.
- Usar la agenda únicamente para compromisos con fecha objetiva. Si no tendríamos un sistema rígido y poco adaptable.
- Priorizar las cosas con fecha objetiva. Van antes que cualquier cosa sin fecha objetiva.
- Pensar en términos de resultados y vez de en tareas. Todo lo que hagas, hazlo con una intención premeditada; ten presente su utilidad, el para qué.
- Trocear los resultados. Usa la estrategia de divide y vencerás; en GTD la aplicarás de forma natural con la lista de proyectos.
- No dejar las cosas a medias. Conviértete en un Terminator, piensa siempre en acabar cosas y no tanto en empezarlas. Empezar algo y dejarlo a medias es uno de los hábitos más improductivos que existen.
- Focalizar. Estar a lo que estás al 100%, evitando distracciones y gestionando las interrupciones.
- Revisar a diario y semanalmente. Que se convierta en hábito y no tengas que recurrir a alarmas y recordatorios.
Recursos recomendados para aprender GTD
Como has podido ver en el artículo, GTD es un sistema de productividad personal en el que podríamos profundizar mucho más. Te voy a recomendar unos buenos libros y un blog fantástico con los cuales podrás aprender mucho más al respecto.
- Libros
- Organízate con eficacia (Getting Things Done). El libro original de David Allen en el cual explica GTD. Algunas partes no son del todo claras en su explicación, por lo que se te podría atragantar un poco. Muy enfocado a la gestión del tiempo a nivel operativo.
- Haz que funcione. Segundo libro de David Allen en el que profundiza sobre GTD y le da una visión más holística para aplicarlo en tu vida, yendo mucho más allá de la gestión de tareas.
- Productividad personal, de José Miguel Bolívar. Me parece un libro muy completo y que explica GTD de forma muy clara. Si no has leído los libros de David Allen, te recomiendo empezar por este y, si ya lo has hecho, no dudes en leerlo porque probablemente te aclare las lagunas que tengas al respecto.
- Blogs
- Optima infinito. Es el blog sobre productividad personal de José Miguel Bolívar; en él tienes muchos artículos de calidad y infinidad de recursos sobre productividad personal. De lo mejorcito que hay sobre el tema en nuestro idioma.
Resumen
En este artículo te he contado cómo funciona GTD, el conocido método de David Allen para la productividad personal y cómo puedes exprimirlo para aplicar sus ideas a la mejora de tus finanzas personales.
GTD es un sistema, estructurado en una serie de cinco pasos:
- Capturar, que nos permite vaciar nuestra mente y almacenar «cosas» (datos en bruto) en unos repositorios confiables o «bandejas de entrada». Para nuestras finanzas te propongo que captures todos tus ingresos y gastos y los vuelques a un registro centralizado donde tengas todo.
- Procesar, que nos permite transformar datos en bruto en información útil. Con los datos financieros que recibimos pasa lo mismo, hay que procesarlos para saber exactamente qué significan y si tenemos que hacer algo con ellos.
- Organizar, para tener la información procesada en diferentes repositorios. Esto nos facilita que atendamos los asuntos pendientes en el momento oportuno, sin olvidarnos de ninguno y usando nuestros recursos de la forma más eficiente posible.
- Revisar, para saber qué hacer en todo momento, mantener nuestro sistema sin que se degrade y para ganar perspectiva. Con las finanzas personales se traduce en la revisión mensual.
- Hacer, trabando enfocados y en bloque (por contextos), de la forma más eficiente posible y siempre teniendo presente la adaptabilidad, porque las circunstancias cambian constantemente.
Tus finanzas personales también puedes manejarlas como un sistema. Te animo a que vayas probando y creando el tuyo propio, que lo adaptes a ti. Pero ten muy presentes los pasos de GTD; te ayudarán a tener información precisa y fiable, que revisarás periódicamente. Esto te permitirá ser más consciente sobre cómo manejas tus finanzas, ver hacia dónde te estás dirigiendo y hacer los ajustes necesarios para retomar el rumbo óptimo hacia tu libertad financiera.
Si te ha gustado el artículo, me encantará leer tus comentarios.
Un saludo efectivo, eficaz y eficiente!