Una de las mejores cosas que tienen unas finanzas personales saneadas y bien controladas es que te van a ayudar a dormir mejor. Para ello, nada como un buen colchón de tranquilidad, con el que estés bien cómodo y diseñado a tu medida.
A continuación veremos en qué consiste y cómo construirlo paso a paso para que se adapte a tu cuerpo. ¡Vamos allá!
¿Qué es el colchón de tranquilidad?
El colchón de tranquilidad es una de las piezas más importantes de la clave de la protección del sistema atípico-k. Consiste simplemente en tener un «colchón» de liquidez que te cubra varios meses de gastos, el cual puede funcionar de amortiguador financiero y, sobre todo, te va a ayudar a dormir mucho más tranquilo.
Ventajas de un buen colchón
Seguro que se te ocurren unas cuantas ventajas… a ver si coincidimos en alguna:
- Mayor libertad a la hora de tomar decisiones laborales. El hecho de contar con un respaldo de X meses de gastos cubiertos en cuenta, te permitirá afrontar situaciones de cambio con menos estrés. Cosas como cambiar de trabajo, emprender un nuevo negocio, pedir una excedencia, etc., pasan a tener una carga negativa emocional mucho menor con el colchón.
- Poder cubrir gastos imprevistos sin recurrir a la deuda o a las desinversiones. En la vida suceden imprevistos; con tu colchón de tranquilidad estarás preparado para poder costearlos minimizando el impacto económico que supongan en tu vida. Ante todo queremos evitar que «una mal dada» te tire para atrás parte del camino que lleves recorrido creando poco a poco tu patrimonio. Sin el colchón de tranquilidad, que en estos casos funcionaría como fondo de emergencias, tendrías que vender (o malvender) activos o bien recurrir a la deuda; sea cual sea el caso, supondría un revés para la creación de tu patrimonio.
- Factor psicológico para dormir mejor, más tranquilo y con menos ansiedad. Si bien las dos anteriores ventajas podrían no llegar a ocurrir nunca, esta ventaja la disfrutarás desde que empieces a crear tu colchón de tranquilidad. Supone realmente una mejora sustancial en la calidad de vida, porque reducirá mucho tus preocupaciones financieras… y lo digo por experiencia.
¿Dónde debe estar el colchón?
El colchón de tranquilidad es un dinero que debe cumplir los siguientes requisitos:
- Total disponibilidad. Para estar tranquilo ante posibles contingencias, que no sabremos cuándo sucederán, debemos poder disponer de los fondos del colchón a ultra corto plazo. Buscamos liquidez inmediata.
- Seguridad del capital. Además, el dinero que tengamos no puede fluctuar según las circunstancias, como por ejemplo nos pasaría si lo tuviésemos en un fondo de inversión. Si tienes un colchón de 20.000 € y llega un día en que los necesitas, no puedes depender de si los mercados han caído un 20% en el último año y el «valor de mercado» de colchón son 16.000 €.
Estos dos requisitos nos acotan mucho el tipo de vehículos financieros en los que podemos tener el colchón, saliendo fuera de la ecuación: acciones, fondos, planes de pensiones, renta fija (bonos, obligaciones, letras del tesoro, …), inmuebles, criptomonedas, etc. Por otra parte, aunque no es un factor determinante, será deseable que nuestro capital tenga cierta rentabilidad. Para ello te recomiendo que recurras a cuentas remuneradas y, opcionalmente, depósitos si tu colchón asciende a una cantidad respetable.
Si te interesa optimizar la rentabilidad de tu colchón, manteniendo los requisitos vistos anteriormente, puedes recurrir a tenerlo dividido en varias «capas». Por ejemplo, supongamos un colchón de 20.000 € que cubre 10 meses de gastos de una familia:
- 1.000 € en cuenta corriente (para evitar descubiertos).
- 5.000€ (3 meses x 2.000 €/mes -1.000 € en c.c.) en cuenta remunerada.
- Meses 4 en adelante en depósitos, lo cuales te recomiendo tener escalonados (varios depósitos con diferentes fechas de vencimiento) por si tienes que cancelarlos anticipadamente, no perder todos los intereses.
- Depósito 1: 4.000 €, a 12 meses, a un interés superior al de la cuenta remunerada.
- Depósito 2: 5.000 €, a 12 meses, con vencimiento 4 meses después del depósito 1.
- Depósito 3: 5.000 €, a 12 meses, con vencimiento 4 meses después del depósito 2.
Importante: si usas depósitos, asegúrate de que las penalizaciones por cancelación anticipada únicamente te penalicen los intereses (el capital debes recuperarlo íntegro).
¿Cómo de grande debe ser?
Los «expertos» recomiendan tener entre 3-6 meses de gastos. En algunos casos estas cantidades pueden quedarse cortas, por lo que ampliarlo hasta 6-24 meses de gastos es algo que he visto hacer a alguna gente, entre la cual me incluyo.
En todo caso, te recomiendo quedarte con la recomendación general y particularizarla a tu caso. Hay muchos factores a tener en cuenta, y lo que diga el «gurú financiero de turno» no tiene por qué ser adecuado para ti.
Factores a tener en cuenta:
- Estabilidad de tu trabajo/empresa. No es lo mismo ser funcionario, que un contrato indefinido en Inditex, que trabajar en una pyme, una empresa sufriendo las consecuencias de la crisis, trabajar como freelance o tener tu propia empresa en unas circunstancias concretas.
- Demanda de tu puesto de trabajo (o producto/servicio de tu empresa). Siendo realistas, ¿cuánto tiempo tardarías en encontrar un nuevo trabajo para tu puesto? ¿La demanda va a más o menos? ¿Tu empresa depende de unos pocos clientes grandes o de muchos? ¿Tu empresa tiene mucha o poca competencia? Y podríamos seguir.
- Distribución de fuentes de ingresos que dispongas (activas y pasivas). ¿Cuántas fuentes de ingresos tienes en tu casa? ¿Cuánto «pesa» cada una? No es lo mismo un hogar con un sólo sueldo que supone el 100% de los ingresos que tener 2 sueldos que suponen un 60% de los ingresos y el 40% restante lo generan las rentas de una cartera de inversión bien diversificada.
- Beneficios de tu trabajo. Por ejemplo, cuando trabajaba en el sector banca podía pedir un anticipo de nómina de 9 meses a interés 0% por multitud de motivos.
- Nivel de endeudamiento. ¿Cuánto dinero debes? Este factor es determinante porque supondrá unos gastos fijos que si no pagas pueden tener consecuencias catastróficas para tu patrimonio (por ejemplo, no poder afrontar el pago de la hipoteca sobre la vivienda habitual).
- Cargas y responsabilidades familiares. ¿Vives solo? ¿En casa de tus padres? ¿Con tu pareja y sin hijos? ¿O bien con hijos o algún otro familiar a cargo?
- Nivel de aversión al riesgo. Cada persona debe encontrar el punto en el cual se sienta cómoda, porque los niveles de aversión al riesgo pueden variar mucho. Es muy importante que si tienes pareja y tenéis unas finanzas familiares conjuntas os pongáis de acuerdo en el peso de vuestro colchón.
- Circunstancias personales. ¿Has cuidado tu carrera profesional? ¿Tienes una «buena reputación laboral», normal, regular? ¿Estás en una edad complicada para encontrar trabajo? ¿Tienes restricciones horarias o bien geográficas?
Como ves, son muchas cosas a tener en cuenta. Y debes ser tú quien responda a esta pregunta. Mi recomendación es usar el sentido común y no dejarse llevar por los extremos (ni del miedo ni de la temeridad). Además, podrá ir evolucionando tu visión del colchón de tranquilidad con el tiempo, según vayas mejorando en tu camino hacia la libertad financiera.
¿Cómo puedes construirlo poco a poco?
Los primeros 3 meses de gastos de tu colchón de tranquilidad, en mi opinión, deberían ser una de tus prioridades y objetivos del ahorro. Lo que te propongo es que uses el ahorro sistemático, pero en pequeños pasos kaizen.
Pasos para crear el colchón de tranquilidad:
Paso 1: Calcula tus gastos medios mensuales
- Si usas un sistema de «rastreo» (registro y seguimiento de gastos) podrás obtener esta información fácilmente; te recomiendo que uses los gastos medios de los últimos 12 meses.
- Si no usas un sistema de rastreo, tienes trabajo doble: (1) empezar a usarlo y (2) hacer algunos números para calcular tus gastos medios mensuales; empieza por el último mes y ve hacia atrás, llegando a los últimos 12 meses si puede ser. Si tienes registros de movimientos a través de cuentas bancarias te facilitará el proceso.
Paso 2: Determina una cantidad de ahorro mensual
Eso sí, una que puedas dedicar a crear el colchón. Conociendo tanto tus gastos medios como tus ingresos medios podrás determinar el ahorro mensual disponible. Podrían darse tres casos:
Caso 1: Ahorras
¡Genial! Estás preparado para comenzar a crear el colchón.
Caso 2: Estás en punto muerto
Comprueba si no has ahorrado debido a un año particularmente malo por gastos imprevistos o bien por recortes de ingresos. Si no es el motivo y generalmente te cuadran las cuentas para llegar a fin de mes y poco más, estás en una situación en la cual los imprevistos te pueden afectar mucho más, ya que tienes menos margen de maniobra.
Crear tu colchón de tranquilidad puede ser difícil ahora, pero es importante que al menos cumplas el objetivo 1: tu chaleco antibalas. ¿Cómo? Deberás hacer algún sacrificio a corto plazo (renunciar a algunos gastos, vender algunas de tus «cosas», …) para ahorrar los primeros 1.000 €. A partir de ahí toca revisar tu estilo de vida para gastar menos de lo que ingresas. Empezar a vivir dentro de tus posibilidades debería darte un poco de oxígeno, pero puede ser algo que te lleve tiempo hacerlo.
No te desanimes, el primer paso para el cambio es la consciencia. A partir de ahora puedes hacer las cosas de manera diferente.
Caso 3: Gastas más de lo que ganas sistemáticamente
Al igual que en el caso anterior, comprueba si no has ahorrado debido a un año particularmente malo por gastos imprevistos o bien por recortes de ingresos.
Si no es algo puntual, probablemente ya empiece a notarse que vives por encima de tus posibilidades en forma de deuda. Saldo de tarjetas de crédito, préstamos al consumo, hipoteca, o incluso dinero que debes a familiares o amigos. Si es tu caso y quieres dar la vuelta a esta situación (¡se puede!), te va a costar más y a ser más doloroso que el caso anterior, pero a largo plazo (y el largo plazo siempre llega) va a ser mejor que afrontes tu situación actual y te comprometas a cambiarla, responsabilizándote de tus finanzas.
En estas situaciones, es necesaria una revisión profunda del estilo de vida que tienes y cómo lo estás costeando; dependiendo del nivel de endeudamiento puede ser necesario tomar decisiones duras para poder despegar el vuelo hacia unas finanzas saneadas. Cambio o venta de vivienda, venta de vehículos y otros bienes materiales, eliminación de gastos que no sean necesidades, etc. Cuanto más tardes en iniciar este proceso más duro será.
Te recomiendo que te leas el artículo en el que te explico cómo eliminar tus deudas; en cualquier caso, el objetivo 1 sigue siendo necesario abordarlo aunque se pospongan los siguientes.
Paso 3: Ponte un chaleco antibalas
Llega el momento de ponerse manos a la obra. Lo primero es tener un minifondo de 1.000€: tu chaleco antibalas. Ten los 1.000€ en tu cuenta corriente, ¡pero no cuentes con ellos! Imagínate que no están ahí. Si tienes problemas para no gastártelos, llévatelos a otra cuenta (y que sea remunerada).
Tu chaleco antibalas no aguantará cualquier golpe financiero, pero va a evitar estas dos situaciones:
- Que a las primeras de cambio te quede la cuenta en descubierto (con sus consecuentes comisiones).
- Que tengas que recurrir a las tarjetas de crédito para pagar una avería del coche.
Paso 4: Colchón mínimo viable
Una vez tengas puesto tu chaleco antibalas, toca construir tu colchón de tranquilidad, en su versión mínima. Marcar objetivos que puedas cumplir a corto plazo te va a ayudar a mantener la motivación, por eso te recomiendo estos tres:
- Objetivo 1: Primer mes de gastos. A una cuenta remunerada diferente de tu cuenta corriente.
- Objetivo 2: Segundo mes de gastos. A una cuenta remunerada diferente de tu cuenta corriente.
- Objetivo 3: Tercer mes de gastos. A una cuenta remunerada diferente de tu cuenta corriente.
¡Genial!, tienes un colchón que te cubre 3 meses de gastos. Es más de lo que mucha gente tiene. Dormirás más tranquilo y te ayudará a encajar mucho mejor cualquier golpe financiero que tengas. Pero no es suficiente todavía…
Paso 5: Engordar el colchón
En este punto tendrás una base sólida a partir de la cual podrás ir haciendo crecer más tu colchón hasta tenerlo en el nivel con el que sientas cómodo, pero ya dispondrás de un escudo y una armadura ligera para aguantar inclemencias financieras y aumentar tu tranquilidad.
Como te mencioné antes, bajo mi criterio el colchón de tranquilidad debería cubrir entre 6 y 24 meses de gastos. Te recomiendo que sigas engordándolo hasta los 6 meses. A partir de ahí, ya puedes dedicar parte de tu ahorro a otros objetivos, como poner tu dinero a trabajar o grandes compras que tengas previstas a medio o largo plazo (coche, entrada del piso, etc.).
Los niveles mínimo y óptimo
Por último, te voy a contar cómo me he organizado yo con mi colchón de tranquilidad, jugando con dos niveles: el mínimo y el óptimo.
- Nivel mínimo: es un umbral por debajo del cual no quiero que se reduzca mi colchón de tranquilidad, salvo situación de emergencias, claro. En mi caso lo he mantenido en 6 meses.
- Nivel óptimo: cantidad que considero más adecuada para mantener el colchón en circunstancias normales. En mi caso lo he mantenido en 18 meses.
¿Para qué estos dos niveles? Principalmente para aprovechar oportunidades muy claras de inversión, sabiendo que en los meses posteriores podría reponer el colchón, pero que posiblemente no encontraría los precios de derribo (es algo que hice por el ejemplo en la crisis bursátil de 2012).
Otro motivo fue cuando compramos un coche nuevo; en ese momento, también se redujo el fondo de tranquilidad hasta el nivel mínimo y posteriormente lo repusimos (efectivamente, no queríamos pagar el coche con financiación).
Es crítico que si el colchón baja del nivel mínimo, lo repongas cuanto antes. En el caso de que tu colchón de tranquilidad tenga varias capas, si necesitas usarlo empieza siempre por sus fondos más líquidos y a la hora de reponerlo haz lo mismo.
Resumen
En este artículo hemos revisado el concepto de colchón de tranquilidad, una de las piezas angulares de la protección del patrimonio. Te permitirá dormir y vivir mejor, con menos ansiedad y, cuando se te presente alguna situación turbulenta o con mayores necesidades de capital, dispondrás de más recursos para afrontarla.
Ahora te toca a ti, ¡déjame tus comentarios!, estaré encantado de responderte. Si te ha gustado el artículo, comparte en redes sociales y gracias por a haber llegado hasta aquí.
¡Saludos, kaizener!