Existen cuatro etapas del proceso de aprendizaje, por las que toda persona debe pasar camino a la maestría. Conocerlas, entenderlas e identificar en qué punto te encuentras es crucial para tu progreso. Veremos qué relación existe entre aprendizaje y dinero, con un ejercicio que te ayudará a tener más claridad al respecto. ¡Vamos allá!
Considero que nuestro viaje en este mundo es un camino de aprendizaje. Las cosas que nos pasan, sean las que sean, siempre tienen algo que enseñarnos si las miramos de la forma adecuada. Mejor verlo así, ¿no? Por lo menos, a mí me parece que es más interesante que la alternativa.
Recuerdo una frase de Sergio Fernández que viene al caso: «la vida primero te susurra, después te habla y, finalmente, te grita si no la escuchas». En otras palabras, te vas a enfrentar a los mismos problemas una y otra vez hasta que aprendas lo que tienes que aprender. Con el trabajo, con el dinero, con las relaciones, con tu salud… con todo.
Aprende, sube de nivel y afronta los nuevos retos con la filosofía kaizen. Siendo cada día un poco mejor. Pero, ¿sabes cuáles son las cuatro etapas del proceso de aprendizaje?
Las cuatro etapas del proceso de aprendizaje
Las etapas que te voy a explicar a continuación son independientes del ámbito sobre el que apliquen. Da igual que hablemos de tocar el piano, hablar en público, escalar, comer sano o cualquier otra cosa que se te ocurra.
Reflejan un proceso natural, en el que podremos ir avanzando hasta convertirnos en expertos de cualquier habilidad. Eso sí, que podamos no quiere decir que lo hagamos.
Estas etapas fueron postuladas por el psicólogo estadounidense Abraham Maslow, conocido especialmente por su pirámide de necesidades humanas (otro día te hablaré de ellas 😉 ).
1. Incompetencia inconsciente
El primer estadio es el de la incompetencia inconsciente. Es decir, cuando somos incompetentes en algo, ¡y no nos damos cuenta! No somos conscientes de nuestra propia incompetencia.
Como cuando un niño coge unos patines por primera vez y se lanza a utilizarlos. Leche garantizada. Le pasó a mi hijo… ni escuchaba, ni se dejaba ayudar, ni nada. Después de unas cuantas caídas seguidas paso a la siguiente etapa.
2. Incompetencia consciente
Es el punto en el cual nos damos cuenta de que no sabemos hacer algo. Hay algo que tenemos que aprender y nos hemos dado cuenta de ello. Somos conscientes de nuestra incompetencia.
Siguiendo con el ejemplo anterior, mi hijo se dio cuenta de que no sabía patinar. Sus presunciones sobre cómo iba a ser patinar, fueron cayendo por su propio peso y, afortunadamente, inició un proceso de aprendizaje a base de observación, prueba y error.
Respecto a la gestión del dinero, te recomiendo tener paciencia. Si estás entrando en esta etapa puedes estar abrumado, porque descubres que te quedan mil cosas que aprender. Calma, todos pasamos por ahí. Paso a paso, y con perseverancia llegarás a la siguiente fase.
3. Competencia consciente
A base de práctica, normalmente llegamos a ser competentes con la habilidad que estemos desarrollando. Pero aún no la dominamos. Somos competentes, pero necesitamos hacer un acto consciente de voluntad, concentración y enfoque para realizar la actividad.
Cuando has aprendido a patinar, pero no eres experto, estás pensando constantemente en mil cosas: la postura de tu espalda, el centro de gravedad, el ángulo en el que tengo que poner los patines para avanzar, cómo frenar, etc.
Pasa lo mismo con la conducción de un coche. Cambiar de marcha es una odisea: ¿en qué marcha estoy? Primera, ok. Voy a pasar a segunda. Suelto el acelerador (pie derecho), piso el embrague (pie izquierdo), cambio a segunda, suelto suavemente el embrague y comienzo a acelerar.
Demasiadas cosas para tener en la cabeza. Menos mal que no es así para siempre. Si seguimos con la práctica, interiorizaremos los aprendizajes y pasaremos a la última etapa.
4. Competencia inconsciente
Nuestro cerebro y nuestro cuerpo buscan la eficiencia. Se adaptan para realizar de la manera más óptima aquellas cosas que hacemos con más frecuencia.
Así, poco a poco, vamos generando hábitos, memoria muscular, e incluso cambios fisiológicos que nos facilitarán nuestras rutinas diarias. Como resultado, muchas tareas que antes requerían una concentración absoluta para realizarlas bien, ahora ya no la necesitan. No necesitan nuestra atención consciente, las «ejecutamos» en segundo plano. Hemos alcanzado la competencia inconsciente.
Por ejemplo, la mayoría de adultos somos expertos en «caminar». Lo hacemos fácilmente, sin estar pensando en cómo movemos la pierna, cómo damos la pisada o balanceamos los brazos.
Un distintivo de esta etapa es la intuición. Los expertos a veces hacen cosas increíbles, o encuentran soluciones a problemas complejos, sin ser conscientes de cómo lo han realizado. Respuestas como «simplemente lo hice», «me dio una corazonada» o «improvisé» esconden la maestría que ha tomado forma de competencia inconsciente.
Genial, ya te he contado las cuatro etapas del proceso de aprendizaje: incompetencia inconsciente, incompetencia consciente, competencia consciente y competencia inconsciente.
Etapas de aprendizaje en la gestión del dinero
La gestión del dinero toca muchos palos, pero vamos a simplificarlo. Te propongo que hagas una revisión de estas etapas en relación a cuatro claves del dinero: ahorro, trabajo, inversión y protección (puede que te suenen si has leído el artículo sobre el kaizener atípico). Aprovecha para reflexionar sobre tu situación.

Responde estas preguntas para cada clave:
- ¿En qué etapa estás?
- ¿Qué necesitas hacer o aprender para progresar en esa clave?
- ¿Para qué hacerlo? Piensa las consecuencias a largo plazo de progresar y de no hacerlo.
- ¿Cómo vas a lograrlo? Traza tu plan de acción.
- ¿Qué obstáculos y riesgos te vas a encontrar? Anticipa los peligros potenciales y piensa cómo evitarlos si es posible, así como la forma de superarlos.
Coge una hoja de papel y encuentra tus respuestas. Y recuerda que tras la reflexión, ¡viene la acción!
Conclusión
En este artículo te he explicado brevemente las cuatro etapas del proceso de aprendizaje, tal y como las definió Maslow. Reflejan el camino natural con el que vamos aprendiendo e interiorizando multitud de habilidades y competencias que desarrollaremos a lo largo de nuestra vida.
Con la gestión del dinero nos pasa lo mismo. Nacemos incompetentes. Nos educan en la escuela y seguimos siendo incompetentes. Los medios, la sociedad del consumo, los gobiernos y buena parte de la industria financiera están felices de tener tantas y tantas personas tan fácilmente manipulables con el dinero. Todos sabemos leer, pero sigue habiendo mucho analfabetismo financiero.
Sólo cuando tomamos las riendas y asumimos la responsabilidad de nuestras finanzas, podremos llevarlas al próximo nivel y usar el dinero para facilitarnos la vida. Y la base es la educación financiera, ¡no la descuides!
Llegan las navidades, estamos en tiempo de compartir… ¿lo haces con este artículo? 😉
Espero que te haya gustado… estaré encantado de responder tus comentarios.
¡Saludos y felices fiestas, kaizener!