¿Está pasada de moda la cultura del ahorro? ¿Por qué esperar cuando puedes tener «lo que quieres» ya? Además, ahorrar es algo que cada vez le parece más difícil a muchas personas. ¿Das por hecho que para comprar un coche hay que financiarlo? ¿Puede una persona normal comprar una casa sin hipoteca, sólo con sus propios medios? Sin ahorro, difícilmente… por eso hoy te hablaré de diez formas infalibles de ahorrar dinero. ¡Espero que alguna te valga!
En uno de mis primeros artículos, te expliqué que la primera clave del kaizener atípico es el ahorro. El ahorro no siempre es fácil, dependiendo de las circunstancias personales de cada uno, pero es posible. ¿Cómo? ¿Debo renunciar a algo? Abre tu mente mientras leas las siguientes claves; quizás no puedas o no quieras aplicarlas todas, elige las que encajen con tu forma de ser, con tu filosofía de vida, pruébalas y quédate con lo que te funcione. En cualquier caso, pueden servirte para reflexionar sobre cómo estás viviendo tu vida.
1. Deja de intentar impresionar a otras personas
¿Quién no ha caído alguna vez en esta trampa? Vivir tratando de impresionar a los demás, comparándote constantemente con otros, juzgándote por lo que tienes y lo que no tienes es un camino seguro hacia la insatisfacción. Puede llegar a ser un agujero negro que absorbe tu dinero, tu tiempo, tu energía y tu felicidad. Si piensas que más es mejor en toda situación, nunca tendrás suficiente. Hay una cita que refleja este punto a la perfección:
Gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a la gente que no nos importa.
Will Smith
Las cosas que hagas, hazlas por ti. La mayoría de la gente está muy ocupada con sus vidas como para andar prestando atención a la tuya; y respecto al resto, los que te juzgan y comparan, ¿acaso vas a ganar algo tratando de impresionarlos? Además de inflar tu ego, no mucho.
La vida es muy corta como para desperdiciarla… sigue tu camino y, si tienes que impresionar a alguien, que sea a ti mismo.
2. No conviertas en hobby “ir de compras”
¿Has ido alguna vez a un centro comercial como pasatiempos? ¿Acabaste comprando algo que no necesitabas? Dependerá mucho de tu personalidad financiera, pero es bastante probable que sí (¡sobre todo si vas con niños!).
Si no te vas de compras, no gastas dinero. Antes era así de fácil, bastaba con no ir al centro comercial. Ahora es más complicado: tienes ofertas, promociones y descuentos que van directos a tu email, anuncios de cosas que te interesan (las googleaste alguna vez) que «te persiguen» por internet y, por si fuera poco, ¡puedes comprar en un click y recibirlo en casa al día siguiente o incluso en 4 horas!
La compra impulsiva nunca ha sido tan fácil y nunca han tenido tan fácil hacerte caer en ella porque «saben» lo que quieres: con las búsquedas que haces en Google, con los servicios de geolocalización de tu móvil, la información que dejas en las redes sociales, etc. Estamos en la era de la información, del Big Data, y todos esos «servicios gratuitos» de los que disfrutamos no son gratis: realmente estamos pagando con nuestros datos personales. Google, Facebook, Amazon y otros grandes nos conocen mucho mejor de lo que pensamos.
¿Podemos hacer algo para protegernos? Claro, te propongo algunas cosas:
- Revisa tus suscripciones y date de baja de las plataformas promocionales que ya no necesites. Quizá es su día tenía sentido, pero ¿y ahora?
- Crea reglas en tu cuenta de email para que cualquier correo promocional no lo veas directamente en tu bandeja de entrada principal. Que se vayan a una carpeta distinta que revisarás sólo cuando te interese.
- Si quieres evitar que te persigan anuncios cuando estás buscando información de algún producto, usa una pestaña en modo incógnito del navegador.
- No compres en caliente, añade lo que te tiente a una lista de deseos y revísala en unos días para ver si te sigue interesando tanto.
- Y lo mismo que ir a dar una vuelta por el centro comercial, no des tantos «paseos virtuales» si eres de los que caen fácilmente en las tentaciones.
3. Vive dentro de tus posibilidades
Ya lo he comentado en otras ocasiones: tener un estilo de vida sostenible, con espacio para el ahorro, es clave para unas finanzas saneadas. Esto significa ser consciente del poder adquisitivo que tienes en función de tus ingresos y tus obligaciones.
Que en tu entorno la gente haga determinadas cosas (compras, actividades, …) no significa que tú puedas permitírtelo (¡hasta puede que ellos tampoco!). Por ahora.
Al revisar tu estilo de vida, puede que te encuentres que no necesitas más ingresos. A veces basta con priorizar mejor los gastos, dedicando tu dinero a las cosas que realmente te aportan en tu vida y recortando sin piedad en las superfluas.
Aspirar a un mejor estilo de vida no tiene nada de malo. Pero primero reflexiona y responde estas preguntas:
- ¿Para qué? ¿Realmente voy a tener una vida más plena y satisfactoria? Si es así, ¡siguiente pregunta!
- ¿Cómo me lo voy a costear? ¿Es sostenible a largo plazo? Si vas a tener que recurrir a la deuda, ¡evítalo!, no es el momento. Incluso vivir al día tiene sus riesgos. Para mí tiene más sentido «ganármelo»: aumento mi estilo de vida sólo si incremento mis ingresos (del trabajo y/o de mis inversiones). Primero el flujo, después el lujo.
4. Cuida bien tus posesiones
Si cuidas bien tus cosas vas a conseguir dos cosas:
- Extender su vida útil, con lo cual tardarás más tiempo en tener que reponerlas.
- Reducir costes de mantenimiento, tanto en tiempo como en dinero.
Son todo ventajas, tanto para tu bolsillo como para el medio ambiente.
Y hablando de tus posesiones, ¡no te olvides de la más importante!: tu cuerpo. Cuidando bien de tu salud también lograrás (1) extender «tu vida útil» y (2) reducir «tus costes de mantenimiento»; pero es que además (3) mejorarás tu calidad de vida.
5. Usa las cosas hasta el fin de su vida útil
Cuando pienses en cambiar alguna de tus posesiones, piensa si es porque está totalmente deteriorada o si sigue siendo perfectamente funcional. ¿Por qué la quieres sustituir? ¿Es elección tuya o te están condicionando?
Estar a la última tiene un precio, ¿vale la pena?, ¿qué ganas con ello? Debes responder tú y valorar el coste de oportunidad que supone (las alternativas que podrías hacer con ese dinero).
Generalmente, es buena idea usar las cosas mientras funcionen.
6. Hazte un amante del DIY (Do It Yourself)
Hay cosas que podrías hacer tú mismo y evitar pagar por ellas. No te digo que lo hagas con todo, pero puede ser interesante si te gusta aprender y estás dispuesto a desarrollar nuevas habilidades. Con un poco de interés, tiempo y conexión a internet podrás hacerlo.
Actualmente vivimos en una sociedad en la que somos consumidores de bienes y servicios prácticamente en todo. Para cambiar esa mentalidad, hazte esta preguntas antes de contratar a un profesional:
- ¿Puedo hacerlo yo mismo?
- ¿Qué implicará aprender a hacerlo? (inversión en energía, tiempo y dinero).
- ¿Es una habilidad útil a desarrollar?
En todo caso, valora tu tiempo, porque no siempre hacer algo tú mismo será más barato que contratar a un profesional. Además, ten en cuenta que hay cosas en las que mejor no meterse si no sabes lo que haces (por ejemplo, cambiar una instalación eléctrica).
7. Anticipa tus necesidades
Ser previsor y anticipar tus necesidades puede hacerte ahorrar mucho dinero (¡y tiempo!) a largo plazo. Esto aplica tanto para comprar objetos caros (coche, ordenador, móviles, …) como para los más cotidianos (llenar la despensa, mantenimiento del hogar, …).
Anticipar tus necesidades implica:
- Pensar qué vas a necesitar, lo cual cuando llegue el momento evitará compras impulsivas.
- Aprovechar las oportunidades para comprar lo que necesites en ofertas y promociones.
- Ceñirte al plan cuando vayas de compras y evitar segundos viajes a la tienda de la esquina porque se te olvidó algo antes.
8. Busca valor, calidad, durabilidad, versatilidad y precio en tus compras
Hay determinadas características que puedes buscar en tus compras y que te harán ahorrar dinero. Determina cuáles son las más importantes para ti, en general, y para el uso concreto del objeto que vayas a comprar.
En mis compras, yo busco principalmente:
- Valor. Ante todo busco que lo que compre sea valioso, es decir, útil para mí. Comprar algo para tenerlo cogiendo polvo es un desperdicio.
- Calidad. Sobre todo en las cosas que voy a utilizar a menudo, busco calidad. La calidad se nota, y también se paga… eso sí, no me gusta pagar un sobreprecio excesivo.
- Durabilidad. Me gusta que las cosas duren, así no tengo que reemplazarlas a menudo. Normalmente la durabilidad te viene dada si compras cosas de calidad.
- Versatilidad. Cuando puedo cubrir varias necesidades con un sólo objeto es genial. Me ahorra dinero, espacio de almacenamiento y tiempo.
- Precio. Por último, busco sacarle el mayor partido a cada euro que gasto. Así que intento comprar barato (o a un precio justo) sin renunciar a los anteriores criterios.
9. Cómpralo por menos, ¡o no lo compres!
Cuando necesites algo que no tengas, pregúntate:
- ¿Tengo que comprarlo? Tenemos grabado en el cerebro que, si necesitamos algo, lo compramos. Pero ¡no es obligatorio! Hay alternativas:
- Podemos pedir cosas prestadas a conocidos, familiares o vecinos.
- Usar servicios de préstamos gratuitos (ej: bibliotecas).
- Alquilar. Si el uso es puntual suele ser lo más económico.
- ¿Lo necesito nuevo? A todos nos encanta estrenar cosas, ser el primero en usarlas; es la opción generalmente preferida pero ni es lo más económico ni lo mejor para el planeta. Plantéate las alternativas:
- Objetos de exposición.
- Objetos con taras.
- Objeto reacondicionados.
- Objetos de segunda mano.
- ¿Puedo comprarlo por menos? Responder esta pregunta supone hacer los deberes:
- Compara, tanto objetos que te cubran la misma necesidad, como el rango de precios de una misma cosa en diferentes tiendas.
- Negocia, no tienes nada que perder. Aprovecha para desarrollar tu habilidad de negociación siempre que te sea posible (te vendrá genial para tu vida profesional e incluso en la personal). Tienes más oportunidades de las que crees.
10. Cubre tus necesidades de otra manera
Cuando vayas a comprar algo, párate a pensar qué necesidad o deseo estás cubriendo con esa compra. Saber el origen, la causa raíz, el propósito de dicho gasto, te permitirá ver con más claridad si es algo que quieres o que necesitas.
Una vez que sepas la motivación de la compra, pregúntate: ¿puedo cubrir esta necesidad/deseo de otra manera? Habrá ocasiones en las que no, pero en otras podrás hacerlo gastando menos dinero, sin gastarlo, o incluso ¡ganando dinero!
Por ejemplo, el año pasado mi peque estaba yendo a clases de patinaje, lo cual suponía un gasto en dinero y tiempo. Un buen día me dije, ¡pero si yo sé patinar! Así que monté un grupo de patinaje en el que yo era el profesor; de ser un gasto pasó a ser un pequeño ingreso extra.
Resumen
Para vivir tranquilo, con un estilo de vida sostenible y hacer crecer tu patrimonio, el hábito del ahorro es fundamental. Hemos revisado diez formas infalibles de ahorrar dinero que te propongo ir incorporando poco a poco a tu vida. De esta manera, podrás ir aumentando tu tasa de ahorro y, al mismo tiempo, ir ampliando tu consciencia financiera así como desarrollar buenos hábitos y habilidades muy útiles para tu vida personal y profesional.
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¡Saludos, kaizener!