Hoy me estaba dando una ducha, cuando me vino a la cabeza escribir algo sobre las cosas de la vida que aprendí jugando al mus. ¿El mus? Sí, ya sabes: esa «asignatura troncal» que estaba en casi todos los planes de estudios universitarios… ¡al menos hace 20 años! ¿Enseñando «cosas de la vida»? Bueno, no es un maestro al uso, pero sí. Únicamente hay que mirarlo desde una perspectiva diferente… ¡Vamos allá!
¿Quién no ha oído hablar del mus? ¿Has jugado? Si lo has hecho, es probable que te consideres un crack… le pasa a mucha gente.
Si no sabes de qué estoy hablando te lo resumo rápido: el mus es un juego de cartas que se juega con una baraja española y unos cuantos contadores (garbanzos, monedas, bolitas hechas con servilletas de cafetería, …) para llevar la puntuación. Se juega por parejas, y a lo largo de cada «mano» se van haciendo apuestas a cuatro juegos. El primero de los dos equipos en llegar a 30 puntos gana «el ternero» (a veces también se juega a 40 puntos). La partida normalmente se juega a tres «terneros» ganados. Si sigues perdido o quieres aprender a jugar, mírate este vídeo.
Voy a contarte unas cuantas cosas del desarrollo de una partida de mus, de las buenas prácticas y estrategias para ganar, así como algunas irracionalidades que he observado en numerosas partidas. A partir de aquí asumo que tienes una mínima idea de jugar al mus, ¿vale? Ya verás cómo se pueden aprender cosas interesantes…
Manos y muses
Cada ronda de una partida comienza con el reparto de cartas, cuatro por jugador. Con esta mano inicial, cada jugador valora si quiere descartar algo (pedirá mus) o no (¡no hay mus!). Si todos piden mus, se reparten cartas; en otro caso, comienzan los lances en los que se apuesta a cuatro juegos (ya llegaremos a esa parte).
¡Pues en la vida pasa igual! Se reparten cartas y tienes una mano inicial. Habrá cartas buenas y no tan buenas. Mientras puedas, podrás «darte mus» para quedarte con lo que vale y descartar lo que no; digo mientras puedas porque, al igual que el mus, en cualquier momento otro puede decir ¡no hay mus! y tocará jugar con lo que tengas. Esta etapa de ir mejorando tu mano (tus cartas) no es otra cosa que tu fase de formación inicial, tus estudios, con los que irás adquiriendo conocimientos, competencias y habilidades para afrontar la siguiente etapa de tu vida (laboral).
Los 4 juegos del mus y tus 4 áreas de desarrollo
Alguien «ha cortado la mano», ¡no hay mus! Comienzan las apuestas, que se harán en cuatro frentes o juegos: la grande, la chica, pares y juego/punto. Voy a hacer una analogía de estos cuatro juegos y cuatro áreas de desarrollo vitales o mundos…
La grande y el mundo espiritual
La primera de las apuestas es la grande, que ganará el equipo que tenga la mano con mayor valor (¡esos 4 cerdos!). En la vida (y en las finanzas) pensar en grande, dejar un legado, hacer tu aportación o contribución al mundo queda reflejado en el mundo espiritual. Estoy hablando de vivir con propósito, con intención, de acuerdo a tus valores y alineando las distintas áreas de tu vida para dejar «tu huella». Por eso asocio la grande con la grandeza de tu mundo espiritual.
Este mundo a veces es el gran olvidado porque vivimos en una sociedad supermaterialista, pero es clave para la realización de todo ser humano.
La chica y el mundo físico
La segunda apuesta es la chica, que ganará el equipo que tenga la mano con menor valor (¡esos 4 pitos!). El mundo físico, de lo material, lo tangible, tiene una similitud con la chica: si te centras exclusivamente en él es casi imposible ganar la partida (entendiendo la victoria como tener un vida plena, satisfactoria, sentirte realizado). También tiene una gran diferencia: en el mus prácticamente puedes ignorar la chica sin que te impacte en la partida; en cambio, en el juego de la vida, ignorar el mundo físico (donde se incluye tu salud y tu dinero, entre otros) acarreará graves consecuencias.
Pares y el mundo social
La tercera apuesta es la de los pares. Puedes tenerlos o no, y gana el equipo con los mejores pares: pareja < trío < dobles parejas (duplex). A igualdad de pares, ganarán lo de mayor valor. Pues, siguiendo con la analogía, los pares simbolizan las relaciones, nuestro mundo social. No debemos perder de vista que somos animales sociales y que, por tanto, la calidad de nuestra vida dependerá en gran medida de la calidad de nuestras relaciones.
Siendo más específicos, las relaciones en el ámbito profesional son uno de los factores que más impacto tienen en el desarrollo de las carreras profesionales, según numerosos estudios. Por eso, disponer de un buen arsenal de habilidades sociales (negociación, hablar en público, resolución de conflictos, asertividad, inteligencia emocional, etc.) a veces pesa más que tener una competencia técnica excelente.
Juego/punto y el mundo mental
Por último está el juego/punto. Si alguien tiene juego (31 puntos o más en su mano) se apuesta al juego y en otro caso se va al punto (30 puntos o menos). Aquí hay que usar un poco más la cabeza, para calcular tu puntuación y decidir si apuestas, o no, y cuánto… Esto me encaja perfectamente con el mundo mental. Este mundo cobra más importancia que nunca por la velocidad y aceleración en la que se nos van presentando los cambios. En nuestro entorno actual, no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta. Aquí es donde entra en juego una de las banderas insignia de nuestro mundo mental: el aprendizaje continuo.
Para tener una vida plena, estas cuatro áreas de desarrollo deben tener un equilibrio, sin descuidar ninguna de ellas. Lo admito, está un poco forzado, pero a mi me resulta fácil de recordarlo así.
Jugador de chica, perdedor de mus
Esta es una de las típicas frases que se dicen en el mundillo del mus. El que abusa de ir a la chica, está renunciando a los otros tres lances del mus… está poniendo las probabilidades de ganar en su contra. Ir a la chica tiene por objetivo quedarse con los pitos (ases y doses), con lo que va en dirección opuesta a la grande, no va tener juego (con dos pitos ya es matemáticamente imposible) y a pares lleva las de perder porque a igualdad del par, gana la formación con cartas de mayor valor.
Salvo que sepas que tu compañero de juego tiene una mano muy buena («va cargado»), no suele ser buena opción ir a la chica. Es decir, es una mala estrategia principal. Claro, a veces te puede salir redonda la jugada, especialmente si sabes leer la partida y «calentar» al equipo contrario llegando a apostar la partida (¡órdago!).
¿Vas a la chica en tu vida? ¿Te centras en aspectos que difícilmente te harán ganar «el juego»? ¿En qué pones tu energía, tu tiempo y tus esperanzas? Mi sentido común me dice que es mejor tener a favor las probabilidades, buscar sinergias y no centrarse en los pelotazos rápidos y fáciles, en los que el éxito dependerá poco o nada de mí.
El amarrategui blues
Es bastante habitual que muchos jugadores de mus a veces corten sin tener unas cartas espectaculares en el primer reparto. Lo típico, teniendo «la una» y un par de «cerdos» (reyes y/o treses), un dúplex normalillo, pares y juego, … ¡incluso a veces casi sin nada para robar la mano! Es el amarrategui blues, asegurarse (o tener bastantes probabilidades) de sacar más puntos que el equipo contrario, apostando en los lances que te van bien y sin entrar en los demás. La partida se puede ir ganando poco a poco, no todo es cuestión de órdagos.
A la hora gestionar el dinero, la carrera profesional y otros aspectos vitales pasa lo mismo. Pequeños pasos, en la dirección correcta, con constancia, tiempo y determinación te llevarán a alcanzar tus objetivos. Si además aplicas el kaizen, llegarás mucho antes de lo podrías creer posible en un primer momento.
El mus nos recuerda que a veces tiene más sentido cortar ganancias (o pérdidas) potenciales, especialmente si sales con balance positivo. Si buscas tener las cartas perfectas (y pides mus tras mus) es probable que no seas tú quien elija cuándo jugar; ¿alguna vez te has visto postergando algo día tras día por culpa de «la perfección»? Una buena acción es preferible a la mejor de las intenciones. La perfección está sobrevalorada… buscar la excelencia, bajo mi criterio, tiene mucho más sentido. Y además podrás seguir jugando (y mejorando) en la siguiente ronda.
Calentones, órdagos y burbujas
Una de las partes más divertidas de las partidas es cuando se empiezan a «calentar» algunos jugadores en los lances (las apuestas de los cuatro juegos). Suele haber una escalada armamentística de apuestas (¡y cinco más!) que puede acabar culminando con un órdago, es decir, apostar «el ternero» entero. Es como una burbuja financiera, en la que aparecerán emociones y sesgos que dificultarán una buena toma de decisiones. Te pongo a continuación algunos ejemplos en una tabla, para que veas cómo el mundo del mus se traslada ¡al mundo de las inversiones!
Emoción / Sesgo | Mundo del mus | Mundo de las inversiones |
Codicia | Le voy a sacar 4 piedras más | Esto va a seguir subiendo, ¡no vendo, que voy a ganar mucho más! |
Suposiciones | Va ciego, ¡seguro! (tiene malas cartas) | Me da que este año las acciones de Apple se van a disparar con la salida del iPhone 11 |
Exceso de confianza | Entra, entra… que llevo castellanos | Estas preferentes son una inversión segura y rentable… ahí van todos mis ahorros |
Costes hundidos | Ya he apostado 2 amarracos, ahora no me puedo echar atrás | Ya he invertido 10.000 € en este negocio, ¡no voy a renunciar ahora! |
Orgullo | A mi no me faroleas, ¡órdago! | ¡No voy a vender mi fondo estando en pérdidas! |
Quitando los momentos en los que un equipo está a punto de ganar y el otro lanza órdagos a la desesperada, quiero poner foco en los «calentones» en medio de una partida abierta. Es curioso, pero vengo observando que determinados jugadores son los que casi siempre «se calientan» y «entran al trapo». Pues resulta que esto no se limita al mus: mis colegas «altamente inflamables» del mus han tenido arrastres emocionales, o seguido corazonadas un tanto irracionales, a nivel laboral, a nivel de relaciones interpersonales y en la toma de decisiones financieras.
Observa la próxima partida de mus que juegues con otros ojos: ¿qué actitudes y comportamientos tienes en ella?, ¿te dejas llevar por corazonadas?, ¿sufres exceso de confianza?, ¿sabes cuándo retirarte o no?, ¿ignoras las probabilidades?, ¿te pueden los costes hundidos? Después párate a pensar en cada una de las preguntas, pero en el contexto de tu vida personal, profesional y económica. También puedes recordar cómo jugaban tus amigos y ver si algunos de sus comportamientos «musianos» se los han llevado a otras áreas de su vida.
Parálisis por el análisis
Lo reconozco: voy a mi ritmo. Me gusta analizar las cosas, con tiempo, sin presiones, sin precipitarme. Más de una vez he tenido que escuchar a mis amigos diciendo «Vengaaaa Javi…», o «Me-a-bu-rroooo» en medio de una partida de mus (o de otros juegos). Es la parálisis por el análisis.
En el mundo de las inversiones y de los negocios tendrás oportunidades que no te van a esperar. No te digo que tomes las decisiones a la ligera, pero usa el tiempo justo y necesario, porque las oportunidades no van tener la misma paciencia que tus amigos. Y en todo caso, respeta tus tiempos… cada persona es diferente.
Juega en equipo si quieres ganar
Más que grandes jugadores de mus, hay grandes parejas de mus. Es un juego de equipo en el que tienes que tener en cuenta a tu socio; si lo ignoras, estarás cortando las alas a tu equipo. ¿Qué significa eso?
- No hagas suposiciones. «Creía que ibas cargado», «Pensé que tenías la una», «Imaginé que ibas a la chica». No, no y no. ¿Qué puedes hacer, entonces?
- Comunícate con tu socio. Mediante el lenguaje corporal (¡las famosas señas del mus!) y hablando… te escucharán todos pero quien mejor te debería entender es tu socio. Por eso…
- Conoce a tu socio. Es clave que conozcas la forma de pensar, sentir y actuar de tu compañero de fatigas. Tras conocerlo bien…
- Confía en tu socio. Habrá momentos en los que tendrás que te tener confianza ¡o incluso fe! Los dos tenéis un mismo objetivo y estáis trabajando en equipo para lograrlo. Así que…
- Coordínate con tu socio. Repartirse el trabajo (tú a la grande y yo a la chica), jugar con las cartas del otro, buscar jugadas en las que hagáis combo, etc. os llevará a la victoria. Y entonces…
- Celebra los éxitos con tu socio. Reconoce el trabajo bien hecho, el juego en equipo, tú parte y la de tu socio. Momento de alegrarse y celebrarlo… o, si la partida no hubiese ido bien, momento de apoyo mutuo y reflexión para hacerlo mejor la próxima vez.
Ahora piensa en tus verdaderos socios, los que en verdad impactan en tu vida: tu pareja, tu socio de negocios, tu dinero (¡sí, debe ser tu socio!). Repasa la lista de puntos anteriores y reflexiona unos minutos al respecto. ¡No deja de sorprenderme el mus!
Probabilidades y psicología
En el mus entran en juego dos factores: el racional y el psicológico. Para ser un buen jugador ¡hay que dominar ambos!
Factor racional:
- Debes saber bien las reglas del juego y conocer perfectamente la baraja.
- Atento a los datos objetivos de la ronda: ten en cuenta tus cartas, las de tu compañero (si es que sabes algo de ellas), los muses y descartes de cada jugador, las señas que les hayas pillado al equipo contrario y también las que os hayáis pasado tu compañero y tú (y si crees que os las han visto hacer o no).
- En base a estos datos objetivos, puedes calcular probabilidades de ganar cada uno de los cuatro lances.
- Según el momento de la partida, podrás asumir más o menos riesgos.
Factor psicológico:
- Autoconocimiento: cuanto mejor sepas cómo te comportas ante diferentes situaciones (especialmente las estresantes), mejor podrás gestionar tus impulsos y tener en cuenta tus fortalezas y debilidades.
- Perfil de riesgo de los demás jugadores. Por supuesto, de tu compañero primero que nada, pero si conoces bien a los demás jugadores te vendrá genial.
- Saber cuándo farolear y detectar faroles es otro aspecto decisivo en la partida.
En el mundo de las inversiones pasa lo mismo. Para ser un buen inversor debes poner las probabilidades a tu favor (factor racional) y aprovecharte, o mantenerte al margen, de las irracionalidades del mercado (factor psicológico).
Resumen
En este artículo te he contado algunas cosas de la vida que aprendí jugando al mus. En la vida, como el en mus, nos toca jugar con unas cartas dadas, pero con suerte podremos pedir un par de muses para mejorar nuestra mano. Así, estaremos en disposición de crecer equilibradamente en los cuatro mundos (físico, mental, social y espiritual) mientras se desarrolla la partida.
Para ganar esta partida, es mejor tener una estrategia que maximice las probabilidades de éxito, pero no sólo se trata de matemáticas… existen otras cuestiones que son clave para la victoria: el juego en equipo y el factor psicológico. ¡Sabiduría vital y financiera encerrada en un juego popular!
Gracias por haber llegado hasta aquí… sé que esta semana no ha sido un post al uso ;). Si te ha gustado lo que has leído, deja tus comentarios y comparte en redes sociales.
Un saludo y ¡juega la vida «a la grande»!