Estamos en un mes en el que la mayoría de empresas españolas están presentando sus resultados y memorias anuales. ¿Y tú, lo has hecho ya? Sé que a veces da pereza pelearse con tanto número, ¡pero es importante! Hoy te cuento cómo hacer una versión mínima de tu revisión financiera anual; te llevará poco tiempo y obtendrás información muy valiosa. ¡Vamos allá!
Me alegro de volver a verte por el blog. Sí…, sé que he tenido un pequeño parón y hacía tiempo que no publicaba. Espero volver a retomar el ritmo semanal, ¿ok?
Te cuento esto porque, a veces, con nuestras finanzas personales también nos puede pasar (¡desde luego a mí me ha pasado más de una vez!). Te cuadra una etapa complicada y no encuentras tiempo para actualizar tus hojas de cálculo. A la que te despistas, se te van acumulando cosas por hacer y cada vez te da más pereza ponerte (y eso no sólo con las finanzas personales). ¿Te suena?
Lo importante es retomar los buenos hábitos. Empezar otra vez, poco a poco si es necesario, hasta volver a coger inercia. Para eso está genial empezar con versiones mínimas, como la que te propongo hoy para la revisión financiera anual.
¿Preparado? Entramos en materia…
1. Qué es la revisión financiera anual
Antes de nada, aclararte qué es la revisión financiera anual. Te lo puedes imaginar… se trata de un proceso de análisis y reflexión sobre la evolución y resultados de tus finanzas personales en el último año.
Son necesarias para ello tres actividades:
- Recolectar los datos financieros del último año.
- Analizar dichos datos.
- Tomar decisiones financieras de cara al próximo año.
Lo veremos en detalle más adelante.
2. Por qué deberías hacer la revisión financiera anual
No sé si haces este tipo de revisión todos los años, pero te recomiendo hacerla encarecidamente. Incluso aunque hagas revisiones mensuales, como te conté al hablarte de GTD; estamos ante un nivel de perspectiva diferente, que te dará información diferente.
Motivo 1: Eres una empresa
Primero, piensa en tu núcleo familiar como una empresa. Tenéis:
- Ingresos, como vuestras nóminas, ingresos de inversiones, etc.
- Gastos, como el alquiler/hipoteca, comida, suministros, etc.
- Activos, incluyendo el dinero, pertenencias e inversiones entre otros, y
- Pasivos, todo aquello que debéis y que os saca dinero del bolsillo (préstamos, hipoteca, etc.).
De los informes que presentan las empresas, los anuales son los más importantes. Dan transparencia, es decir, sacan a la luz los resultados de la actividad de su negocio en el último año y lo comparan con el anterior. En base a dichos datos, hacen las previsiones para el siguiente ejercicio y toman las decisiones oportunas.
Tener que rendir cuentas con los accionistas, impulsa a que los directivos busquen con más ahínco la mejora de las cuentas de la empresa, lo cual se materializa en planes estratégicos y decisiones operativas (que ejecutará la parte técnica de la empresa). Tú te podrás poner estos tres gorros con tu empresa:
- Gorro de accionista. Como propietario (o copropietario) querrás que te rindan cuentas sobre el uso tus recursos (tu tiempo y tu dinero). Asegúrate de que no estés malgastando tus recursos.
- Gorro de directivo. Como gestor intentarás tomar las mejores decisiones con la información que dispongas. La revisión anual te proporciona mucha de esta información, de forma contrastada y objetiva (basada en la realidad).
- Gorro de técnico. Como ejecutor de los planes, serás el responsable de llevar las acciones a cabo.
Motivo 2: Visión de alto nivel
La revisión anual nos permite ver las finanzas personales desde una posición más elevada, en comparación con la revisión mensual. Piensa que hay muchos gastos que sólo ocurren una, o varias veces, al año, pero no todos los meses. Con los ingresos también pasa: si trabajas por cuenta ajena tendrás pagas extra normalmente; y, si trabajas por cuenta propia, tus ingresos serán todavía más irregulares.
Cuando reúnes los datos anuales y los analizas de forma agregada, tendrás mucho más claro cómo y en qué cantidades fluye el dinero en tu vida. A mí me gusta también tener las cifras de promedio mensual.
Motivo 3: Consciencia
Relacionada con la visión de alto nivel, la revisión anual ampliará tu consciencia financiera. Te aportará más claridad sobre:
- Qué ha pasado el último año, resumido en tu cuenta de resultados.
- Tu situación actual, resumida en tu balance de situación.
- Tu dirección y tendencia a largo plazo, viendo la evolución de dos o más años.
Motivo 4: Planificación y toma de decisiones con margen de actuación
Por último, la revisión financiera anual te permitirá hacer una previsión del siguiente año y planificarte adecuadamente. Será necesario ir adaptando esta planificación, siguiendo el principio del kaizen, pero será un buen punto de partida. Está basada en tu realidad (los datos del año pasado), previsiones del siguiente año (por ejemplo, si vas a cambiar de coche, si te van a promocionar en tu trabajo, etc.) y un margen de actuación (por ejemplo, aprovisionando cierta cantidad de dinero para gastos no previstos).
La revisión anual te marca la hoja de ruta a un año vista. La revisión mensual te permite adaptar el plan con un ciclo de feedback mucho más corto (un mes). Así es como consigues tener unas finanzas ágiles, que te permiten tomar decisiones a tiempo para que sean efectivas.
3. Cómo hacer la revisión financiera anual
Vistos el qué y por qué, entramos en el cómo. No hay una manera única de hacer la revisión financiera anual, pero espero que «mi versión» te sirva de base, te ayude a contemplar algunas perspectivas diferentes y a encontrar posibles puntos de mejora sobre «tu versión«.
Lo dicho, usa lo que te valga. Con las finanzas es bueno tener también una mentalidad empírica: prueba, verifica y adapta según tus necesidades. No hay dogmas de fé.
La versión mínima viable
La revisión financiera anual puede ser todo lo complicada que quieras. Lo importante es hacerla y, para eso, te recomiendo comenzar con la versión mínima viable. «Hecho» es mejor que «perfecto» (y sin hacer). Eso sí, la información, aun siendo de alto nivel, debe ser veraz.
Podrías hacerla en menos de una hora, así que no hay excusas.
La revisión financiera anual mínima viable consta de cuatro partes:
- Cuenta de resultados.
- Balance de situación.
- Variación con el año anterior.
- Previsiones para el año próximo.
Vamos por partes…
3.1 Cuenta de resultados
Es «la película» de lo que te ha ocurrido en el último año, financieramente hablando. Lo mínimo que debes tener en cuenta son:
- Total de ingresos anuales (A). Incluye todos los ingresos que has tenido a lo largo del año, tanto ordinarios como extraordinarios. Los de tu trabajo, de inversiones, regalos, premios/loterías, trabajitos en B, etc.
- Empieza con los datos más significativos y no te pierdas con los detalles (salvo que ya tengas un sistema de captura que facilite toda la información). Con esto quiero decir, si has ganado 30.000€ en tu trabajo y te olvidas de 8€ que te han generado tus ahorros en el banco, no va a cambiar mucho el análisis; otra cosa sería que te olvides de 6.000€ que has cobrado en dividendos. Ves por dónde voy, ¿ok?
- Normalmente el grueso vendrá de tu nómina y, si la tienes domiciliada, será bien fácil saber el total anual.
- Es importante diferenciar, al menos, los ingresos ordinarios de los extraordinarios.
- Total de gastos anuales (B). Incluye todos los gastos que has tenido a lo largo del año. Ojo, que no todos cargos a cuenta que tengas en tus movimientos bancarios serán gastos. Por ejemplo, los traspasos entre cuentas o las inversiones, aunque tengan importe negativo, no son gastos a considerar.
- Puedes calcular el total de gastos si tienes calculados el total de ingresos y el resultado anual, que veremos a continuación.
- Igual que con los ingresos, intenta distinguir lo ordinario de lo extraordinario.
- Total neto de inversiones. Si has realizado inversiones y/o desinversiones a lo largo del año, conviene recabar dicha información. Aunque no afecte directamente al resultado anual, lo hará en caso de que hayas generado:
- Plusvalías: En caso de haber vendido parte de tus inversiones, si has obtenido una plusvalía con ellas, deberías agregarla a la sección de ingresos de inversiones extraordinarios (si tu estrategia no se basa en la compra/venta de activos).
- Minusvalías: En caso de haber vendido parte de tus inversiones, si has obtenido una minusvalía con ellas, deberías agregarla a la sección de gastos de inversiones extraordinarios (si tu estrategia no se basa en la compra/venta de activos).
- Resultado anual (A – B). Es la diferencia entre ingresos y gastos.
- Si este resultado es positivo, tienes un superávit, es decir, has ahorrado dinero y tu patrimonio habrá crecido; si es negativo, estarás en un caso de déficit y destrucción de patrimonio.
- Otra forma de calcular este resultado es viendo la variación de tu patrimonio neto entre los dos años a tener en cuenta.
- Nuevamente, desglosar el resultado ordinario del extraordinario nos dará una información muy útil.
3.2 Balance de situación
Así como la cuenta de resultados es «la película«, puedes pensar en el balance de situación como «la foto» financiera en un momento determinado del año. Lo normal para el balance anual es tomar la foto a 31/12 del ejercicio en cuestión y, como veremos después, compararla con la del ejercicio anterior.
El balance consta de tres partes, al igual que el de las empresas:
- Activo. Es todo lo que tienes, incluyendo tanto activos líquidos (efectivo, dinero en cuentas bancarias, depósitos, acciones, etc.), así como activos tangibles o «cosas» que podrías convertir en dinero si los vendes (vehículos, casa, joyas, etc.). Tus activos los puedes valorar de dos maneras:
- A precios de compra. Tiene la ventaja de que te permitirá tener más claridad sobre cómo has transformado tu dinero en otros activos, facilitará el cálculo de tu ahorro anual, etc.
- A precios de mercado. Como algunos activos fluctúan en el tiempo, tener una valoración a mercado realista de ellos también es importante. Así te harás una idea del dinero que podrías obtener si los liquidases a corto plazo.
- Pasivo. Es todo lo que debes. Préstamos personales, hipotecas, dinero que te prestó un amigo, etc.
- Patrimonio neto. Es el resultado de la resta Activo – Pasivo. El resultado puede ser tanto positivo (tienes más de lo que debes) como negativo (debes más de lo que tienes). Lo que varía tu patrimonio neto (valorándolo a precios de compra) del año anterior al siguiente, es la misma cantidad que el total de la cuenta de resultados del año correspondiente a ese último año. Por ejemplo, si tu patrimonio neto a 31/12/2017 era de 80.000€ y tu patrimonio neto a 31/12/2018 fue de 100.000€, a tu cuenta de resultados del año 2018 le corresponde una cifra final de 20.000€ (100.000 – 80.000).
3.3 Variación con el año anterior
En los informes anuales, las empresas siempre muestras las cifras de los estados financieros (en nuestro caso cuenta de resultados y balance) del ejercicio al que hacen referencia y del año anterior. Recuerda que ¡eres una empresa!, así que tú también deberías hacerlo.
Comparando el último ejercicio y el anterior, podrás ver las variaciones (tanto absolutas como porcentuales) y, lo más importante, pensar en los motivos de las mismas.
Variación de la cuenta de resultados
Revisa los siguientes aspectos:
- Si has tenido más o menos ingresos, tanto ordinarios como extraordinarios. Los realmente importantes, son los ingresos ordinarios del trabajo y de las inversiones, ya que son sobre los que tienes mayor control. Este es el motivo por el que conviene tener las cifras desglosadas.
- ¡Ojo!, esto no quita que en determinados momentos vitales puedan llegar ingresos extraordinarios que cambien drásticamente tu situación financiera (por ejemplo, una herencia). En todo caso, te recomiendo que hagas tus planes sin contar con ellos.
- Si has tenido más o menos gastos, nuevamente tanto ordinarios como extraordinarios. Esta separación te permitirá ver si es que estás aumentando o reduciendo el coste de tu estilo de vida, si te han venido una serie de gastos extraordinarios que no contabas con ellos, etc.
- Comienza dando pequeños pasos:
- Total de gastos, lo más fácil de obtener. Verifica que te cuadra lo que dice tu cuenta de resultados con lo que dice el balance. Esto es super importante: el balance debe tomar los datos de tus posiciones en las distintas cuentas bancarias que tengas, así como lo que tengas «en mano». La realidad es lo que dice el banco, no tu cuenta de resultados. Piensa que podrían habérsete escapado algunos gastos (también ingresos), pero no por eso has dejado de tenerlos. Siguiendo con el ejemplo que veíamos con el patrimonio neto: imagina que has ganado 40.000€, como única fuente de ingresos procedente de tu trabajo. En ese caso, como el resultado fueron 20.000€ de ahorro (lo que creció tu patrimonio neto), significa que tus gastos fueron de 20.000€. A lo mejor sólo tienes registrados 16.000€, pero eso no cambia la realidad (gastaste 20k).
- Desglose en gastos ordinarios y extraordinarios. Apóyate en tu sistema de captura de datos y, si no usas ninguno, toca descargar los movimientos de tus cuentas bancarias y hacer memoria (sobre todo para los pagos en efectivo). Céntrate inicialmente en las partidas más gordas.
- Si quieres ir un paso más allá, podrás desglosar luego tus distintas categorías de gastos, tanto fijos (alquiler, suscripciones, etc.) como variables (comida, ropa, suministros, etc.). Pero ten en cuenta que este paso ya va más allá de esta versión mínima viable.
- Comienza dando pequeños pasos:
Variación del balance de situación
Verás la evolución de sus tres componentes:
- La variación de tus activos. Esta parte siempre mola revisarla, especialmente si estás haciendo crecer tus activos, por ejemplo creando una cartera de acciones. Para que te quede claro cuánto han crecido, te recomiendo que valores los activos a precios de compra. Además, tener la valoración a precios de mercado también es importante, porque si tuvieses que liquidar algún activo sería la cantidad realista que podrías obtener. Esta última valoración es casi obligatoria si el precio de buena parte de tus activos fluctúa con los mercados (como pasaría con inmuebles, acciones, fondos, planes de pensiones, etc.).
- La variación de tus pasivos. Si tienes deudas, verás cuánto las has reducido en un año. O viceversa, quizás te has hipotecado o comprado un coche a crédito. Vigila, sobre todo, que no recurras con facilidad al crédito al consumo. Si ves claramente que tienes que reducir tus deudas, traza un plan para ello.
- Un ratio que se vigila mucho en las empresas es la Deuda neta / EBITDA. En las empresas aptas para largo plazo con beneficios estables y crecientes, saltan las alarmas si pasa de 3. De forma análoga, podrías calcular tu nivel de endeudamiento, para vigilar si está dentro de límites aceptables y ver su evolución año tras año. Para no liarte mucho, puedes usar el ratio Deuda Neta / Total ingresos ordinarios. Te indicará el número de años que tardarías en liquidar tus deudas, siendo:
- Deuda Neta = Total deuda (a c/p y l/p) – Efectivo y equivalentes (- Inversiones c/p)
- Total ingresos ordinarios, la suma de todo ingreso que no sea extraordinario (principalmente ingresos del trabajo y rentas de inversiones).
- Otra información interesante de rastrear es el coste medio de la deuda. Lo puedes calcular si obtienes el total de intereses que has pagado en el año (de tu cuenta de resultados) y la cantidad promedio de deuda que tengas entre el último ejercicio y el anterior. Es decir:
- (Pasivo último ejercicio + Pasivo ejercicio anterior) / 2. Alternativamente, podrías hacer un promedio mensual si tienes la información, pues sería bastante más exacto (especialmente si has hecho amortizaciones).
- Ahora divides las dos cifras y obtienes tu coste medio de la deuda. Por ejemplo, si has pagado 4.000€ de intereses en el año y tienes una deuda promedio de 100.000€, sería: Coste medio de la deuda = Total intereses / Deuda promedio = (4.000 / 100.000) x 100 = 4%.
- Un ratio que se vigila mucho en las empresas es la Deuda neta / EBITDA. En las empresas aptas para largo plazo con beneficios estables y crecientes, saltan las alarmas si pasa de 3. De forma análoga, podrías calcular tu nivel de endeudamiento, para vigilar si está dentro de límites aceptables y ver su evolución año tras año. Para no liarte mucho, puedes usar el ratio Deuda Neta / Total ingresos ordinarios. Te indicará el número de años que tardarías en liquidar tus deudas, siendo:
- La variación de tu patrimonio neto. Este dato resume mucha información; es lo que has logrado hacer crecer (o decrecer) tu patrimonio neto en un año. Te dice si estás creando riqueza o si las estás destruyendo. Algunas recomendaciones:
- Ten los datos de variación tanto a precios de compra como a precios de mercado.
- Es un dato especialmente revelador cuando miras la foto a más largo plazo y ves claramente su evolución. ¡No te limites a sólo dos años!
3.4 Previsiones para el próximo año
Una vez que tienes la información agregada de lo que ha sucedido en el último ejercicio, estarás en disposición de hacer una previsión de lo que se avecina el próximo año.
No te estoy hablando de hacer un presupuesto. Si quieres hacerlo, adelante… pero sé que no son para todas las personas. De lo que se trata es de visualizar cómo será tu próximo año, financieramente hablando, partiendo de la información del último ejercicio.
No se trata de adivinar el futuro, sino de hacer algunos ajustes basándote en la información histórica y en los cambios a corto plazo con altas probabilidades de que se hagan realidad.
Créate una hoja de cálculo con las previsiones del próximo año. En ella, incluye:
- Ingresos ordinarios, partiendo de los del año anterior.
- Del trabajo. Ajústalos si sabes que van a subir o bajar (en algunas empresas revisan el sueldo cada año).
- De inversiones. Ajústalos también si prevés que vayan a subir o bajar.
- Gastos ordinarios, partiendo de los del año anterior. ¿Va a cambiar tu estilo o condiciones de vida? ¿Te cambias de barrio, de ciudad, vas a cambiar radicalmente tu alimentación? Si todo sigue más o menos igual, mételes una subida del IPC; si cambian más cosas calcula el incremento o reducción de gastos.
- Previsión de ingresos extraordinarios. Si sabes de alguno que puedas anticipar de antemano, tenlo en cuenta. A lo mejor vas a tener que viajar mucho más el próximo año en el trabajo (con las consiguientes dietas), se va a repartir la herencia de un familiar o vas a cerrar la venta de tu antiguo piso.
- Previsión de gastos extraordinarios. También puedes anticipar muchos de ellos: pagar la entrada de un piso, cambiar de coche, remodelar la cocina, cinco amigos que se te casan, unas vacaciones premium por tu décimo aniversario… lo que sea.
- Provisiones. Habrá otros gastos con los que no contabas pero que acaban llegando. Haz una estimación y prepara una partida para esta provisión.
Con todo esto, habrás creado una cuenta de resultados previstos para el próximo año.
Otros ratios dignos de seguir
Ya con la versión mínima de tu revisión financiera anual, es fácil calcular algunos ratios que dan muy buena información. A continuación de expongo mis preferidos:
- % Ingresos ordinarios / Gastos ordinarios. La relación en porcentaje entre ingresos y gastos ordinarios. Es muy significativo ya que indica la cobertura de gastos por parte de tus ingresos ordinarios. Idealmente debería ser mayor del 100%.
- Margen de ahorro (Resultado anual / Total ingresos anuales). Indica el % o margen de tus ingresos que has convertido en ahorro. Este dinero es con el que podrás ir construyendo tu colchón de tranquilidad y, posteriormente, hacer que trabaja para ti (¡invirtiéndolo, claro!).
- Cobertura de gastos por las inversiones. Calculado como (Ingresos de inversiones / Gastos ordinarios). Este ratio muestra claramente tus avances hacia la independencia financiera, pues indica el % de tus gastos ordinarios que cubren las rentas de tus inversiones.
- Rentabilidad de tu patrimonio neto. Calculado como (Ingresos de inversiones / Patrimonio neto promedio). Es el equivalente al ROE (return on equity), un ratio muy usado en el análisis de empresas. En nuestro caso, matizar que hablamos de rentabilidad neta, ya que los ingresos de inversiones son después de impuestos.
Un ejemplo más visual
Bueno, ahora vamos a ver un ejemplo bastante realista y más visual. Echa un vistazo a la siguiente tabla y después tendrás las explicaciones de esos números.
2018 | 2017 | Variación | |
Ingresos | 51.900,00 € | 49.870,00 € | +4,07% |
del trabajo | 44.000,00 € | 47.000,00 € | -6,38% |
del capital | 6.400,00 € | 2.750,00 € | +132,73% |
extraordinarios | 1.500,00 € | 120,00 € | +1.150,00% |
Gastos | 17.900,00 € | 21.000,00 € | -14,76% |
ordinarios | 17.000,00 € | 20.500,00 € | -17,07% |
extraordinarios | 900,00 € | 500,00 € | +80,00% |
Inversión neta RV | 50.000,00 € | 56.000,00 € | -10,71% |
inversión RV | 50.000,00 € | 59.000,00 € | -15,25% |
desinversión RV | – € | – 3.000,00 € | -100,00% |
% Ingresos/gastos ordinarios | 296% | 243% | +53,79 p.p. |
Ahorro total | 34.000,00 € | 28.870,00 € | +17,77% |
% margen ahorro | 65,51% | 57,89% | +7,62 p.p. |
% cobertura inversiones | 37,65% | 13,41% | +24,23 p.p. |
Patrimonio neto medio | 112.700,00 € | 79.500,00 € | +41,76% |
Efectivo y RF | 15.000,00 € | 50.000,00 € | -70,00% |
Renta Variable | 95.000,00 € | 27.500,00 € | +245,45% |
Plan de pensiones | 2.700,00 € | 2.000,00 € | +35,00% |
Rentabilidad s/ PN | 5,68% | 3,46% | +2,22 p.p. |
Juan y María llevan unos años viviendo juntos y han conseguido ahorrar bastante dinero. Trabajaban los dos hasta que, a finales del 2018, María se quedó en el paro (cree que no renovaron su contrato porque había sido madre ese año). Ese es el motivo de que hayan caído los ingresos del trabajo en 2018 unos 3.000€, aunque por otra parte han recibido unos ingresos extra para su nuevo miembro de la familia.
Curiosamente, los gastos ordinarios se han reducido bastante a pesar del bebé. Esto me pasó también con mi primer hijo: aunque había gastos nuevos, muchos otros quedaron eliminados porque no teníamos tiempo para ellos.
En la partida de inversiones, la pareja comenzó a crear una cartera de acciones a largo plazo en 2017. Ese año se equivocaron con una de las empresas y por eso la vendieron (desinversión de -3.000€); en 2018 no necesitaron hacer ninguna desinversión. Fíjate en el desglose de su patrimonio neto: ha cambiado mucho la estructura de su capital, porque gran parte de lo que tenían en depósitos en 2017, lo han invertido en 2018.
Tienen un estilo de vida muy saneado, viviendo por debajo de sus posibilidades. Mira la cobertura de gastos ordinarios y el ahorro que están logrando (con unos márgenes realmente buenos).
Están especialmente satisfechos con la evolución de su patrimonio neto y al ver que por fin su dinero está empezando a trabajar para ellos. La cobertura de gastos por parte de sus inversiones ha pasado del un 13,41% a un 37,65%. No saben si podrán seguir invirtiendo a este ritmo, pero desde luego ya no ven tan lejana la independencia financiera como hace un par de años.
Espero que este ejemplo te deje los conceptos más claros.
4. Objetivos y decisiones financieras
Has realizado tu revisión financiera anual: tienes tu cuenta de resultados y tu balance, has visto su evolución e incluso has hecho una previsión de lo que puede ser el próximo año. En este punto es un buen momento para revisar tus objetivos financieros y tomar las decisiones oportunas para tratar de que se cumplan.
Yo lo primero que pregunto es si el resultado previsto me vale o no (¿está alineado con mis objetivos financieros?). Me gusta eso de «págate primero a ti mismo«, así que, antes de nada, decido lo que quiero ahorrar y después analizo qué circunstancias debo crear para que eso ocurra.
El ahorro viene determinado por los ingresos y los gastos, así que para llegar a la cifra que quieras, toca jugar con ambos:
- Gastos: Normalmente, tenemos mucho más control sobre ellos que sobre nuestros ingresos; al menos a corto plazo. Revisa si puedes recortar en algunas cosas que sean prescindibles, negociables, o que reflejen necesidades que puedas cubrir con alternativas más baratas. Te recomiendo que leas el artículo Diez formas infalibles de ahorrar dinero para sacar algunas ideas.
- Ingresos: A veces podemos encontrar formas aumentar nuestros ingresos, pero primero debemos pararnos a pensar cómo. Puede que necesites hacer sitio en casa y te deshagas de unas cuentas cosas por Wallapop, o bien renueves esa licencia de árbitro que había cogido polvo y te saques un extra los fines de semana. Quizás te animes de una vez por todas y montes ese negocio por internet que llevas años postergando. O que le des un empujón premeditado a tu carrera profesional. Se trata de ser creativo y moverse; las cosas no suceden solas. ¡Haz que sucedan!
En segundo lugar, me gusta marcarme objetivos de cara a la creación de mi patrimonio. Principalmente, todo lo referente a la estructura de mi balance:
- Colchón de tranquilidad. ¿Está en el nivel adecuado? Si es necesario, hazlo crecer hasta que puedas dormir con tranquilidad.
- Inversiones. ¿Qué objetivos de inversión tienes? Yo en mi etapa de formación de cartera buscaba invertir una determinada cantidad de mi ahorro, reinvertir los dividendos y buscando una rentabilidad mínima, conforme a mis criterios de inversión. ¿Y tú?
- Reducción de deudas. De momento me he mantenido libre de deudas, pero, si algún día las adquiero, en mi revisión anual me marcaría un objetivo de reducción de las mismas. Y esto si tiene sentido, tanto financiera (si estás pagando menos de un 1% de intereses por tu hipoteca, ¿vale la pena amortizar?) como emocionalmente (¿cómo te afecta estar más o menos endeudado?).
Habrá años en los cuales todo siga prácticamente igual, y realizarás pocos cambios. En otros, puede que cambien mucho tus circunstancias y tengas que tomar decisiones de mayor calado. En todo caso, creo que con la revisión financiera anual estarás en mejores condiciones de elegir bien.
Conclusión
En el artículo de hoy te ha hablado sobre la revisión financiera anual, en una versión mínima viable. Comenzamos revisando qué es y por qué es importante hacerla, para después entrar en los detalles sobre cómo realizarla.
Principalmente, hemos visto que la revisión financiera anual toca dos frentes:
- Cuenta de resultados, con la que obtendremos mayor claridad sobre los ingresos y gastos, tanto ordinarios como extraordinarios.
- Balance de situación, con el que podremos ver la estructura de nuestro patrimonio como activos, «lo que tienes«, y pasivos, «lo que debes«.
Con los datos financieros del último ejercicio y del anterior, la revisión financiera anual te permite tomar consciencia de la variación anual, tras lo cual es conveniente analizar los motivos.
Toda esta información es un gran punto de partida para realizar la previsión financiera del próximo año, complementándola con otras cosas de tu futuro a corto plazo que «casi puedes dar por hecho» que van a suceder.
Una vez realizada esta previsión, podrás tomar las decisiones financieras oportunas para que puedas cumplir con tus objetivos.
Y esto esto es todo por hoy. La cierto es que el artículo me ha salido bastante más largo de lo que pensaba. Espero que te haya sido ameno de leer y, sobre todo, que te resulte útil.
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí. Me gustaría que dejes tus comentarios respondiendo esta pregunta: ¿cómo haces (o vas a hacer) tu revisión financiera anual?
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¡Saludos, kaizener!